lunes, abril 28, 2014

EL FENÓMENO DE "OCHO APELLIDOS VASCOS"



Tras el éxito que tuvo en la pasada Fiesta del Cine, Ocho apellidos vascos ya es la película española más vista de nuestra historia. La nueva comedia de Emilio Martínez-Lázaro, antiguo realizador marginal, ha batido el récord del cine autóctono. Pero, ante todo, se ha transformado en un fenómeno no sólo comercial, sino sociopolítico. Me explicaré.

Con casi siete millones de espectadores (6,9 a mediados de abril) y una cuota de rrecaudación del 27%, ya ha superado en entradas vendidas a Los Otros (2001), de Alejandro Amenábar, que tenía el récord en 6,4 millones, seguida por la también taquillera Lo imposible (2012), de Juan Antonio Bayona, con 6,1 millones de espectadores. Las cifras de Ocho apellidos vascos son 38,1 millones de euros, según los datos ofrecidos por el consultor Rentrak.

Sin embargo, el film del cineasta madrileño no es una obra maestra; más bien un frivolidad divertida. De ahí que el público español se haya lanzado a verla, por el boca-oreja, como desengrasante de tanta problemática socioeconómica. Pienso que Ocho apellidos vascos, lanzada como la historia del andaluz Rafa, un hombre que sólo vive para “el fino, la gomina y las mujeres”, que se enamora perdidamente de una joven vasca, “liberada” e independentista, no es más que una broma sobre las relaciones entre sendas idiosincrasias y una sátira acerca de la España de las autonomías; una deconstrucción  en defensa de la unidad nacional en estos tiempos de crisis. De ahí que los autores ya estén escribiendo un guión sobre Cataluña y acaso Galicia.

Bien ambientada en Sevilla y en el País Vasco, e interpretada por Clara Lago, Dani Rovira y los veteranos Karra Elejalde y Carmen Machi, recuerda demasiado a las “españoladas” de otra época -aunque llena de tacos e irreverencias- y puede acabar en una serie como Torrente, es decir, en un mero fenómeno sociológico y lejos de una verdadera obra artística. 

(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 28-IV-2014) 

miércoles, abril 23, 2014

"YO CREO" INAUGURA EL NUEVO CINE BÍBLICO


Días antes de la Semana Santa, y precediendo al estreno de la debatida superproducción hollywoodiense Noé, se ha presentado un film más modesto, titulado Yo Creo, pero realizado en 3D.

Dirigido por Vicenç Vila y Gemma Bas, es un nuevo documental concebido a modo de “contribución moderna y atractiva a la consecución de los objetivos del Año de la Fe anunciado por el Papa Benedicto XVI en el 2012”. Los autores idearon la película para ayudar a los espectadores a preguntarse sobre temas tan trascendentales como la vida y la muerte, el sufrimiento, la libertad, el bien y el mal.

La cinta, que sustenta su mensaje en el Credo, está dividida en tres capítulos: “Creer en Dios Padre”, “Creer en Jesucristo” y “Creer en el Espíritu Santo”. Y comprende el testimonio de más de 50 personas, muchas no conocidas por el público, pero otras sí, como el actor Joan Pera, la ilustradora Pilarín Bayés y el filósofo Francesc Torralba.

Yo Creo, que se ha estrenado en cines de Madrid, Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona y Valencia, ha recibido críticas positivas en certámenes de cine cristiano y quedó finalista en el apartado de Mejor documental del International Catholic Film Festival  de Roma. Asimismo, este film ha recibido el apoyo del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Es la primera vez que la Santa Sede concede un reconocimiento explícito a una película rodada en España.


Por tanto, Yo creo se ha adelantado a la nueva corriente de cine bíblico que nos llegará de Hollywood detrás de Noé: Exodus, de Ridley Scott, con el galán Christian Bale como Moisés; y Mary, Mother of Christ, de Alister Grierson, escrita por Benedict Fitzgerald, el guionista del film de Mel Gibson.

(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 23-IV-2014)

domingo, abril 13, 2014

PIXAR: 25 AÑOS DE ANIMACIÓN


Con este título, se ha inaugurado en CaixaForum, de Madrid, una impresionante muestra de la firma más vanguardista del cine de animación, ahora en manos de la factoría Walt Disney.

Esta gran exposición reúne 402 piezas -entre dibujos, guiones, maquetas, esculturas de resina, vídeos e instalaciones-, ordenadas en torno a tres ejes: el personaje, su mundo y su historia. Inaugurada en el MoMA de Nueva York, conmemora el cuarto de siglo de existencia de una compañía que fundó Steve Jobs. Bajo la dirección de Elyse Klaidman, directora de Pixar University, esta exposición está recorriendo medio mundo, y posee el propósito de que el público pueda ver e incluso tocar el trabajo de los artistas. “No hablamos de tecnología. Es otra cosa: es arte. El ordenador es una herramienta que usamos como un pincel”, afirmó la comisaria de la muestra. Pues Pixar no sólo revolucionaría la industria del entertainment, sino que ha transformado la mirada del espectador. De ahí que en 2006, la major de Disney comprara Pixar a Jobs por 7.400 millones de dólares, antes de aquella histórico productora fuera barrida por el cine de animación digital.

Con 26 Oscar de Hollywood en su haber y 12 largometrajes, un grupo de artistas con talento dirigido por el genial John Lasseter  ha realizado películas de tanto éxito como la trilogía de Toy Story, filmes magistrales como Wall-E (2008) y Up (2009), la más reciente Brave (2012) o la nueva película de Pete Doc, Inside Out, que cuenta lo que ocurre en la cabeza de una niña de 13 años en 129.600 fotogramas de animación.

No se pierdan estos días la exposición, con sus hijos. Estará abierta en Madrid hasta el 22 de junio. Después se trasladará a Zaragoza y Barcelona.

(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 13-IV-2014)