jueves, noviembre 30, 2017

"LA DELGADA LÍNEA ROJA" CIERRA LA XIV MOSTRA DE CINEMA ESPIRITUAL DE CATALUNYA


Esta tarde, en la Filmoteca de Catalunya, concluye la nueva Mostra de Cinema Espiritual, dedicada este año al diálogo y la diversidad, organizada por el Departament d'Afers Religiosos de la Generalitat y dirigida por el profesor Peio Sánchez, responsable de Cine del Arzobispado de Barcelona. Adjunto el texto de la presentación de la última película del ciclo dedicado a Terrence Malick, que ha corrido a mi cargo. 

The Thin Red Line es un excelente film an­tibélico y pacifista, que se enfrenta ética y artísticamente a Salvar al sol­dado Ryan. Acaso menos magistral que la obra de Spielberg, pero tan cuidada a nivel estético como ésta, La delgada línea roja posee varios puntos en común con aque­lla. Primero, que la acción está centrada en la Segunda Guerra Mundial y posee una clara intenciona­lidad antibelicista. En segundo lugar, que el enemigo –allí, los alema­nes; aquí, los japoneses– es tan salvaje y padece tanto como los propios soldados estadouniden­ses. Y por último, que obliga a la reflexión crítica del espectador, también impac­tado por las bellas y crudas imágenes de Malick.
A Terrence Malick (Illinois, 1942) se le había perdido de vista desde hacía dos décadas. Su anterior película, Días del cielo (1978), era una delicada obra de arte que valió el Oscar de fotografía al desaparecido operador catalán Néstor Almendros. Tras veinte años de silencio, este casi olvidado realizador ha demostrado que sigue sabiendo hacer cine de veras. Si ayer im­pulsó con aquel film a unos jovencísimos Richard Gere y Brooke Adams, ahora lanza a cuatro jóvenes actores casi desconocidos –Jim Caviezel, Adrien Brody, Elias Koteas y Dash Mihok– y da un nuevo impulso a otros cuatro: John Cusack, Woody Harrelson, Ben Chaplin y George Clooney, junto a los más veteranos Nick Nolte, Sean Penn y John Travolta.
            Estamos, pues, ante otra ambiciosa cinta hollywoodiense, producida por una de las grandes majors, la nueva Fox –con un presupuesto de 52 millones de dólares–, que ha sido rodada en los exóticos escenarios naturales de las islas Salomon y en el bosque ecuatorial de Queensland (Australia), prácticamente en el mismo marco donde se batieron las tropas estadounidenses en Guadalcanal, desde el 7 de agosto de 1942 al 7 de febrero de 1943.
            El relato, por tanto, se desarrolla durante esa histórica batalla y está basado en una novela homónima de James Jones (autor del clásico De aquí a la eter­nidad), que ya había sido llevada al cine por el especialista Andrew Marton (El ataque duró siete días, 1964), con Keir Dullea y Jack Warden como protagonis­tas. Si en aquel film de “hazañas bélicas” la narra­ción incidía en la relación entre un sargento y un soldado, en éste se va mucho más allá: Malick ofrece una seria reflexión –cuasi filosófica– sobre la condi­ción humana, a través de las dramáticas desventuras que padece la I División de Infantería Marina que combatió allí. Con todo, el mismo año de la contienda, esa epopeya ya había sido trasladada a la pan­talla por Lewis Seller (Guadalcanal, 1943), también producida por la antigua Fox y ba­sado en el libro de Richard Tregaskis, con Preston Foster, William Bendix y Anthony Quinn como principales intérpretes.
            Ciertamente, por medio de las duras batallas que tiene que sufrir ese grupo de soldados, el realizador –con las voces en off de algunos personajes y flashbacks aislados– brinda un discurso antiheroico que pone en tela de juicio la acción bélica del Ejército norteamericano. La fealdad de las matanzas –junto a las inúti­les o absurdas muertes– llega a descubrir la miseria del espíritu humano. Y el pá­nico de ambos bandos –el horror de la guerra y el miedo atroz también se apre­cian en el rostro de los japoneses vencidos– le sirve a Terrence Malick para retra­tar lo bueno y lo malo del hombre sin escatimar ningún ápice de verismo en las imágenes. Unas imáge­nes perfectamente concebidas –resalta el trabajo del opera­dor John Toll (Oscar por Braveheart)–, que transportan al público desde idílico paraíso de esos nativos puros –polinesios– hasta el infierno creado por los huma­nos cultivados –oc­cidentales y orientales–. Un mundo dan­tesco, de sangre y fuego, donde el público con­templa consternado y hasta asque­ado la terrible irra­cio­nali­dad de la guerra.
            En La delgada línea roja no hay ninguna concesión al sentimenta­lismo ni a la propaganda política. Aquí –al con­trario que ocurría con la comentada cinta de Spielberg– no hay lucha de la democra­cia contra el fascismo, ni héroes USA que se sacrifican por la Europa amenazada por los nazis; sino gente que muere sin sa­ber bien por qué, en una gran confla­gración que han creado las gran­des potencias desde arriba y que –como en todos los conflic­tos bélicos– pagan siempre los de abajo. Es importante, en este sentido, el perso­naje del coronel de West Point (que recuerda a los jefes militares del ma­gistral Senderos de gloria, de Kubrick), en su afán de poder y de afirmarse a sí mismo. El título resulta un tanto am­biguo: puede referirse a la delgada línea que separa la cordura de la locura (viejo refrán del Medio Oeste), a una táctica militar británica –que no emplearon  los marines en Guadalcanal–, o acaso a la línea con­tinua del paro del co­razón en un electrocardiograma.  
            Realizada con un estilo bastante coral y enorme brillantez formal, Malick cae no obstante en el esteticismo; pues el preciosismo de las imágenes resta cla­ridad al mensaje que pretende –la antítesis de Salvar al Soldado Ryan–, dándole un tono de ambigüedad y pre­tenciosidad in­telectual que le perjudica sobremanera. Así, su discurso un tanto espiritual y pan­teísta, desesperanzado y confuso (se evi­dencia la teoría del “buen salvaje” de Rousseau), resulta mucho más próximo a Apocalypse Now, Platoon y La cha­queta metálica que a las tra­di­cionales películas del género bélico.  
            Espectáculo y realismo, muerte y desolación, se unen en The Thin Red Line. Sin duda, Terrence Malick –que cuenta con una espléndida parti­tura musical de Hans Zimmer– ha estado inspirado como creador. Pero no acaba de convencer del todo con este film “políticamente correcto”.
            Asimismo, el historiador y músico Francesc Sánchez Barba, en su libro La II Guerra Mundial y el cine (1979-2004), destaca su “fantástica banda sonora cuya propuesta ejerce un auténtico papel de contrapunto y transición entre diversas escenas, entre la pesadilla y el retorno a un paraíso entrevisto”.
        Pero, al final, La delgada línea roja no se llevó ningún Oscar, pese a las siete nominaciones obtenidas de la Academia de Hollywood; mientras Salvar al sol­dado Ryan ganó cinco estatuillas.

martes, octubre 31, 2017

JOSEP MARIA CAPARRÓS PUBLICA UN NUEVO LIBRO SOBRE CINE ESPAÑOL


Con el título de El cine español durante el Gobierno de Zapatero (2004-2011). Un escenario histórico de la última época socialista, el catedrático emérito de la UB Josep Maria Caparrós acaba de publicar una nueva obra especializada en la “Colección Historia”, que dirige Juan Pablo Fusi en la editorial Biblioteca Nueva (Madrid).

Esta fuente coetánea demuestra cómo el cine es un testimonio de la Historia Contemporánea de España. Se analiza un centenar de películas, que reflejan los recientes años socialistas. De ahí que su autor –como hiciera ayer con La Pantalla Popular. El cine español durante el Gobierno de la derecha (1996-2003), que trata de las películas realizadas en la primera etapa del PP, y antaño con El cine español de la democracia (1975-1989)– ofrezca hoy una valoración crítica sobre este último período del PSOE.

El cine español durante el Gobierno de Zapatero (2004-2011). Un escenario histórico de la última época socialista introduce al lector en la España del cambio. A través de las reseñas de los principales filmes autóctonos, se brinda también un retrato sociopolítico de nuestro país. Además, cerca de 700 descriptores evidencian los temas tratados por las películas de estos años. 

Este libro forma parte del proyecto de investigación subvencionado por la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación (HAR2013-48419-P), del Ministerio de Economía y Competitividad, Gobierno de España, cuya investigadora principal es la profesora Gloria Camarero Gómez, prologuista la obra.

El doctor Caparrós Lera ha sido profesor de la UB desde 1982 e impulsor de la asignatura Història Contemporània i Cinema, que creó el curso 1995-96 y la cual fue modelo para otras universidades españolas -País Vasco, Granada- y latinoamericanas -Santiago de Chile,  Finis Terrae, República Dominicana-. Discípulo de Miquel Porter, primer catedrático de cine de la Universidad de Barcelona, en 1983 fundó el Centre d’Investigacions Film-Història (www.filmhistoria.com), y desde 1991 edita una revista oficial de la UB, Filmhistoria (http://revistes.ub.edu/index.php/filmhistoria). Durante estos años ha dirigido veinte tesis doctorales y es autor de más de 40 libros especializados, la mitad dedicados al cine español.  Actualmente, también dirige dos colecciones sobre el séptimo arte: una en Ediciones UB y otra en Aracne Editrice (Roma). 

Asimismo, en los últimos cursos académicos ha impartido clases de extensión universitaria -con créditos de libre elección de la UB- en el Institut d’Estudis Nord-americans (IEN), de Barcelona, cuya fundación publicó su libro A Critical History of American Cinema (2013). En septiembre de 2014, con sus sucesores, los profesores Magí Crusells y Francesc Sánchez Barba, organizó en la Facultad de Geografía e Historia el IV Congreso Internacional de Historia y Cine: Memoria Histórica y Cine Documental. En la actualidad, está impulsando un nuevo congreso sobre historia y cine, titulado Imágenes de las Revoluciones de 1968, que se celebrará del 18 al 20 de julio de 2018 en la misma UB. Recientemente, ha sido nombrado Profesor Visitante de la Universidad de Belgrado (Serbia). 


sábado, septiembre 30, 2017

“AMAZING GRACE” ABRE EL CICLO LUCHADORES POR LA JUSTICIA, LA LIBERTAD Y LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS



Organizado por CinemaNet, bajo la dirección del historiador y periodista Daniel Arasa, ayer se inició el tercer ciclo especializado, que este año se ha dedicado a “Luchadores por la Justicia, la Libertad y la Dignidad de las personas”.
Con créditos de libre elección por la Universidad de Barcelona, me tocó hacer la sesión de apertura, que se proyectó la película Amazing Grace. Reproduzco la presentación.


Este film histórico, coproducido por Gran Bretaña y Estados Unidos, conmemoró en 2007 el 200 aniversario de la aprobación de la ley que prohibía el comercio de esclavos en el Reino Unido y su imperio colonial (1807). La industria británica, especializada en cine histórico para la gran pantalla y la TV, encargó a un artesano inglés -Michael Apted (1941), director de Enigma, Gorilas en la niebla y la tercera entrega de Los cuentos de Narnia- la realización de esta película, que ha contado con un espléndido guionista, Steven Knight (Promesas del Este), que no sólo escribió un biopic, sino que retrata también el contexto sociopolítico de aquella época, en plena Revolución Francesa y el posterior Imperio napoleónico, tras la Independencia de los Estados Unidos de América.

Estamos, pues, ante un film emocionante, que narra el largo combate del parlamentario William Wilberforce (1759-1833) para abolir la esclavitud en el Imperio británico. Licenciado en Cambridge, amigo después del jovencísimo premier William Pitt (a los 24 años ocupó el cargo de primer ministro), fue un hombre de honda religiosidad, que se planteó consagrar su vida como cristiano evangélico -metodista- y, antes de hacerse clérigo, decidió seguir otra vocación: siente que Dios le quiere en el mundo para contribuir desde la lucha política a transformarlo, a hacerlo mejor. Pero de forma pacifista.

Por eso, lo que relata la película posee hoy mucho interés, cuando sólo hace 200 años que la trata de esclavos era norma aceptada por el Gobierno inglés -pues constituía la base económica de las plantaciones del Sur de los Estados Unidos, que influiría en la Guerra de Secesión USA (1861-1865)- y hace tan solo medio siglo la discriminación racial estaba aceptada en la política estadounidense y recientemente incluso llegaron a tener un presidente de color, afroamericano.

Asimismo, la historia de Wilberforce y sus correligionarios demuestra que un grupo de personas audaces puede movilizar a la opinión pública para acabar con una lacra social tan ampliamente aceptada en su época como actualmente puede ser el tráfico de emigrantes para la prostitución o de órganos, por no hablar del aborto o de la misma corrupción que todavía nos invade.

Amazing Grace es un film dramático e intenso, entrañable pero no sensiblero; tampoco cae en la fácil hagiografía; pues se muestra al protagonista como un hombre normal, enamorado de su bella esposa, y con una vocación de servicio, que puede ser un ejemplo para los políticos de hoy.

Michael Apted ha logrado en su realización cinematográfica un espléndido estudio de mentalidades, a través de unas interpretaciones plenas de fuerza y autenticidad, llenas en matices éticos en su interioridad y actuación; sobre todo en la coherencia que evidencia el personaje central, William Wilberforce, que encarna el actor Ioan Gruffudd, conocido por protagonizar las dos primeras películas de Los 4 fantásticos y un papel en la “oscarizada” Titanic. También quiero destacar de su puesta en escena, las brillantes secuencias portuarias y parlamentarias, el cuidado vestuario de aquella época; en definitiva, el gusto estético preside todo el film.

Una obra artística que cuenta con el célebre himno Amazing Grace (“Sublime gracia”), compuesto por John Newton, antiguo negrero, convertido después en clérigo (interpretado por el gran Albert Finney), que posee la fuerza espiritual para hacer cambiar los corazones. Y frente a las dificultades políticas y la resistencia ante los derechos humanos, se impone el sentido del honor y la perseverancia para recomenzar y volver a intentarlo, ganando al final (tras 18 debates en el Parlamento) la justicia y la libertad, gracias también al tesón y a la fe.

Por tanto, se trata de un excelente film para comenzar este nuevo ciclo, que continuará con Hotel Rwanda (6 de octubre), Selma (13 de octubre), Sophie Scholl (20 de octubre) y Un hombre para la eternidad (27 de octubre). Todas las sesiones serán en la Salón de Actos del Oratorio del Col·legi Major Universitari Bonaigua (c/ Jiménez Iglesias, 1 - Barcelona), los viernes a las 19:30 horas. Entrada libre. 

sábado, agosto 26, 2017

UNA SELECCIÓN DE CLÁSICOS DEL SÉPTIMO ARTE


Un colega me ha pedido le haga una selección de películas clásicas, organizadas por géneros cinematográficos. Y me ha parecido útil "colgarla" en mi webblog, por si los aficionados quieren llenar sus horas de ocio cultural de los días previos al principio del curso académico con la visión de algunos de estos títulos. 


Aventuras: LA REINA DE ÁFRICA (1951), de John Huston, con Humphrey Bogart y Katharine Hepburn. Color - 103 minutos.

Bélico: EL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI (1957), de David Lean, con Alec Guinness y William Holden- Color - 153 minutos.

Ciencia-ficción: 2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO (1966), de Stanley Kubrick. Color - 141 minutos.

Comedia: EL HOMBRE TRANQUILO (1952), de John Ford, con John Wayne y Maureen O’Hara. Color - 121 minutos.

Cómico: EL GUATEQUE (1968), de Blake Edwards, con Peter Sellers. Color - 98 minutos.

Dramático: ADIVINA QUIÉN VIENE ESTA NOCHE (1967), de Stanley Kramer, con Spencer Tracy, Katharine Hepburn y Sidney Poitier. Color - 104 minutos.

Fantástico-terror: LOS PÁJAROS (1963), de Alfred Hitchcock, con Tippi Hedren. Color - 120 minutos.

Histórico: UN HOMBRE PARA LA ETERNIDAD (1966), de Fred Zinnemann. Color - 115 minutos.

Musical: CANTANDO BAJO LA LLUVIA (1952), de Stanley Donen y Gene Kelly. Color - 103 minutos.

Policíaco: LOS INTOCABLES DE ELIOT NESS (1987), de Brian de Palma, con Sean Connery y Kevin Costner. Color - 111 minutos.

Western: HORIZONTES DE GRANDEZA (1958), de William Wyler, con Gregory Peck, Jean Simmons y Charlton Heston. Color - 156 minutos.


martes, agosto 01, 2017

FRANCISCO ELÍAS RIQUELME, EL ONUBENSE QUE INTRODUJO EL CINE SONORO EN ESPAÑA


 El cineasta onubense Francisco Elías
El cineasta vivió entre Francia, Estados Unidos y México, donde se curtió como director, guionista y traductor. Trabajó con grandes figuras del celuloide de su época y dejó el legado de 'El misterio de la Puerta del Sol', primer largometraje sonoro realizado en España. 40 años después de su desaparición, Josep María Caparrós y Enrique Sánchez Oliveira buscan apoyos para que la segunda e inédita autobiografía del onubense, 'Anatomía de un fantasma', salga a la luz.
Por ANA RODRÍGUEZ
Cada año, cuando llega el verano, se celebra el Islantilla Cinefórum, el Festival de Cine bajo la Luna de Islantilla, que se ha convertido en un clásico cultural de la costa onubense. En su marco, se entregan los Premios UHU Francisco Elías, nombre que gracias a este galardón, y al también conocido Cineclub Francisco Elías, nos ha empezado a sonar a todos pero… ¿Quién fue Paco Elías?

Fue un director, guionista y traductor onubense que realizó una amplia producción cinematográfica en España, Francia, Estados Unidos y México hasta mediados de los años 50 del siglo pasado. Su principal hito fue ser el artífice del primer largometraje sonoro o parcialmente sonoro que se llevó a cabo en España, El misterio de la Puerta del Sol (1929), que se estrenó el 11 de enero de 1930.

Le tocó vivir una época muy complicada: dos Guerras Mundiales, la Guerra Civil española que lo obligó a exiliarse por sus ideales falangistas, la Dictadura de Franco… Quizá fueran las convulsas circunstancias que lo rodearon las que hicieron que su figura se diluyera, no obteniendo el reconocimiento social o popular del que fue merecedor. Sirvan estas palabras de recuerdo y homenaje al gran maestro del séptimo arte.
Francisco Elías Riquelme nació en Huelva capital, en la calle Rábida para ser exactos, el 26 de junio de 1890. A los siete años su familia se trasladó a Barcelona, donde el pequeño Paco descubrió lo que era el cine y se aficionó a las películas de Lumiére y Meliès. Tanto apasionaban aquellas imágenes proyectadas al joven onubense que con 18 años saltó a Francia, a la ciudad de París, donde se instaló con el objetivo de aprender todo lo posible sobre aquella industria.
Trabajó en los Service des Agence de la casa Gaumont en la capital francesa –posteriormente también lo haría en Nueva York- como redactor e impresor de intertítulos de películas mudas, y acabó siendo ayudante del director de cine francés Léonce Perret. Con él viajó a Londres donde contempló por primera vez una cinta del genial Griffith, a quien conocería en persona años más tarde.
En París también realizó en 1911 su primer guión, el de la película La alondra y el milano. Tres años después regresó a Barcelona, para fundar una sucursal de la compañía de cine francesa Éclair, al mismo tiempo que fundaba una empresa dedicada a la impresión de películas mudas, Manufactura Film. En esta última, dirigió su primer trabajo de ficción Los oficios de Rafael Arcos.
Durante la I Guerra Mundial, Elías cruzó el charco y, junto a sus hermanos Julio y José, puso en marcha la Elías Press Inc., una empresa de traducción e impresión de títulos e intertítulos en castellano de películas mudas. Su estancia en América le serviría para curtirse como director y conocer a destacadas personalidades de la industria que amaba. En esta época, dirigió un cortometraje en Nueva York con Manuel Noriega, A Perfect fit (1920).
Tras pasar por Hollywood, Francisco viviría un tiempo en México, donde se rumorea que grabó un documental con el mismísimo Pancho Villa.
Pero los tiempos cambian y el cine mudo estaba dando sus últimos coletazos en el continente americano. Elías decide regresar a su país, en concreto a Barcelona, donde rodó su primer largometraje mudo El fabricante de suicidios (1928), al que siguió Chicas de cabaret (1929).
Sería en Madrid, en 1929, cuando el onubense llevara el sonido al cine español. La película El misterio de la Puerta del Sol supuso un antes y un después para la fábrica de sueños nacional. Rodado con 18.000 pesetas y estrenado el 11 de enero de 1930, el largometraje ha pasado a la historia por incorporar por primera vez en una cinta grabada en España técnicas de sonido.
Elías regresó a París, donde además de rodar tres películas para productoras francesas conocería a la que fue su mujer, la actriz y bailarina Roma Taëni.
De nuevo en España, fue cofundador de los Estudios Orphea en Barcelona, los primeros que rodaron películas sonoras en la Península. Con ellos dirigió Pax; El último día de PompeyoBoliche, su película más taquillera; adaptó la zarzuela Doña Francisquita; elaboró el guión de la comedia musical Mercedes; llevó a cabo su film más experimental, Rataplán; y dirigió el melodrama María de la O.
Tras dirigir Bohemios y ¡No quiero, no quiero! durante la Guerra Civil, Elías, de ideales falangistas, se exilió a México, donde vivió una de las épocas más difíciles de su vida. Huir cuando se había consolidado en su país como un director importante no fue nada fácil, a lo que se sumaron ciertos problemas de salud que agravaron su triste situación.
Durante los años que pasó en México, el onubense dirigió Calumnia, La madrecita, El milagro del Cristo, La epopeya del camino, La canción del plateado, La Virgen roja, Sierra Morena y No te dejaré nunca, además de adaptar al cine Ya tengo a mi hijo y El signo de la muerte, film este último que protagonizaron Cantinflas y Manuel Medel.
En 1948, Francisco Elías regresó a España, pero la suerte tampoco lo acompañó en esta ocasión. Desde entonces y hasta su muerte, en junio de 1977 a causa de un paro cardiorrespiratorio, sólo dirigió una película, Marta (1954), que no cosechó grandes éxitos, y redactó el guión de Ángeles sin cielo(1957) y La boda era a las 12 (1962).
Apartado de ese universo que siempre había sido su razón de ser, Paco se mantuvo gracias a las traducciones que realizaba de libros en inglés y francés. Además escribió dos autobiografías, El cine español y yo y Anatomía de un fantasma, esta última aún inédita.
Entre los pocos homenajes que recibió este incomprendido director, se encuentra la encomienda del Mérito Civil, que obtuvo de manos del rey Juan Carlos I y el recuerdo, a título póstumo, del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva en 1994, además de contar con una calle en su ciudad natal, un cineclub que lleva su nombre y el Premio Francisco Elías del Islantilla Cinefórum.


Alguien que conoció bien al onubense es Josep María Caparrós Lera, catedrático emérito de Historia Contemporánea y Cine del Centre d’Investigacions Film-Història de la Universidad de Barcelona. Con su testimonio nos acercaremos un poco más al visionario onubense:

El catedrático Josep María Caparrós

– ¿Cuándo conoció a Francisco Elías?
– Corría el año 1974. Fue con motivo de la realización de mi tesis doctoral sobre el cine argumental de la II República y la Guerra Civil española; me fue presentado por el profesor Miquel Porter-Moix, porque Paco Elías había sido el responsable de la producción cinematográfica durante el conflicto bélico en Barcelona. Él me ayudó mucho, presentándome a personas y contándome cuál era el ambiente de aquellos años.
– ¿Qué relación mantuvo con él a lo largo del tiempo?
– Hicimos una gran amistad, porque le visitaba periódicamente en su casa y me explicaba sus andanzas cinematográficas, que fueron muy ricas. Me cedió una síntesis de sus memorias, El cine español y yo, que publiqué en 1992 -ya muerto Elías-, junto a un artículo-homenaje anterior en el semanario Mundo, donde yo era el crítico de cine. Ese pequeño reconocimiento lo agradeció mucho, con una carta entrañable. Después, me dio a leer sus memorias completas, Anatomía de un fantasma. Historia clínica del cine español, que nadie quería editarle por el tono crítico-denunciatorio. Ahora, con su biógrafo Enrique Sánchez Oliveira, estamos intentando publicarla en la colección de cine que dirijo en la Universidad de Barcelona.
– ¿Cómo era Elías en el trato personal?

– Era una persona muy cordial, llena de vitalidad, pero resentida por el mal trato que había recibido al regresar de México por los profesionales y las autoridades del cine español. Sufrió la más dura ingratitud, y eso le hizo mucho daño. Él, que había sido prácticamente el fundador del cine sonoro español.
– ¿Conoce usted cuáles eran sus inquietudes (personales y profesionales)?
– Era un hombre inteligente, y muy trabajador. Nunca hablaba de sus inquietudes íntimas, más personales. Estaba un poco obsesionado por ser reivindicado. Aunque cuando el Gobierno español de la recién iniciada democracia le reconoció oficialmente, ya era tarde. Me dijo: “A burro muerto, cebada al rabo”. Profesionalmente, por su situación económica, edad y estado de salud, en los años 70 (falleció en 1977) ya estaba un poco acabado.
– ¿Qué pasó con él en su opinión?
– Paco Elías había sido de la “quinta columna” durante la Guerra Civil, falangista, y nunca se llevó bien con la izquierda, de la que era muy crítico. Ésta le hizo el vacío en México y, cuando volvió a España, se lo hizo la derecha franquista. Recibió de ambos lados.
– ¿Considera que se ha reconocido la labor de este onubense o que es un gran olvidado?
– Entre los historiadores más rigurosos, sobre todo actuales, sí ha sido reconocido. Asimismo, en Huelva se le dedicó una calle -a cuya inauguración estuve invitado- y el cine-club local lleva su nombre. Sería importante publicar su mencionado libro de memorias, para que su reconocimiento sea mayor, y que Francisco Elías Riquelme pase a la Historia del Cine Español con letras de oro, como francamente merece.

En suma, la trayectoria del cineasta onubense fue fiel reflejo de su amor por una profesión a la que dedicó toda su vida. Una labor que bien merece un reconocimiento mayor del que hasta ahora ha tenido el visionario Paco Elías.


(Reportaje publicado en HUELVA BUENAS NOTICIAS, 25 - julio - 2017)

lunes, julio 17, 2017

UN PROYECTO AMBICIOSO: CINE ESPAÑOL EN LAS AULAS

James Dean y Natalie Wood, en Rebelde sin causa (1955)


Estos últimos días ha salido una información en la prensa española que ha sorprendido a muchos: la iniciativa de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España de incluir como asignatura optativa en el sistema educativo del país el séptimo arte autóctono.

La propuesta, que se elevará al Ministerio de Educación, incluye el visionado de 30 películas españolas. El actual Director general de nuestra Academia, Joan Álvarez, ha manifestado que si un alumno de 16 años está obligado a saber quiénes eran Pablo Picasso y Salvador Dalí, ¿por qué no explicarles quiénes eran Luis Buñuel o Luis García Berlanga? El proyecto es “formar a las próximas generaciones de espectadores para que lleguen a sentirse orgullosos del cine que se hace en España”. Además de esos 30 filmes clave que deberían ver “de manera incontestable”, se añade que los profesores deberán instruir a los estudiantes sobre “los principios de la cinematografía, su historia y las diferencias entre las formas de rodar y montar en Hollywood, Europa, Rusia o Bollywood”.

Ante este ambicioso proyecto, han surgido voces que lo han puesto en tela de juicio: de momento, uno de los críticos de cine de La Vanguardia, Salvador Llopart, y el escritor Joan de Sagarra. Dice el primero: “El cine no debería ser nunca vivido como un castigo. Y mucho menos como una obligación. Uno teme que cualquier película vista por obligación, en la escuela, pueda tener un efecto contrario al deseado (…) Brindar información en la escuela, crear oportunidades, fascinar con ciertos directores: maravilloso. Pero habría que evitar sentar cátedra y convertir el cine en un arte esclerótico” (11 de julio). Mientras el segundo ratifica: “Huelga decir que estoy de acuerdo con las palabras de Llopart. Pero voy más lejos: ¿quién escogería esas 30 películas españolas a visionar en los colegios ‘de manera incontestable’? Los señores de la Academia, profesionales del cine? Pues estamos apañados, con el cariño que demuestran esas criaturas entre sí…” (16 de julio).

Ahora entro yo en la polémica. Desde hace muchos años, hemos hablado del cine como una “asignatura pendiente” en la educación española, cuando en Francia se enseñaba en los liceos desde los años 50, en Cataluña desde los años 60-70 -personalmente fui uno de los profesores en varios colegios, siguiendo las enseñanzas de mi maestro Miquel Porter, el pionero-. Pero no empleábamos sólo cine español, sino obras maestras del séptimo arte para enseñar a los alumnos a valorar las películas y sus autores, los diversos movimientos y la historia, además de hacer hincapié en el lenguaje fílmico y el sentido crítico en el análisis de los filmes.

Reducir el proyecto al cine español -que tan limitada aceptación posee entre el gran público- podría ser un fracaso o, al menos, contraproducente. Obviamente, en el programa deberían estar títulos como Surcos, ¡Bienvenido, Míster Marshall!, Calabuch, Muerte de un ciclista, Calle Mayor o El verdugo, junto a El espíritu de la colmena, El Sur y Los santos inocentes; pero también filmes tan importantes como El gran dictador, Las uvas de la ira, Ciudadano Kane, Roma, ciudad abierta, Los mejores años de nuestra vida, Ladrón de bicicletas, El tercer hombre, Rebelde sin causa, Los cuatrocientos golpes…, donde el espectador adolescente sabría valorar el arte cinematográfico en su contexto histórico, enseñarle la sintaxis y los distintos estilos, además de enriquecerse como persona y futuro público de buen cine, sea español o extranjero.

Por supuesto, estamos abiertos a colaborar con ese ambicioso proyecto oficial, iniciativa de la Academia Española, que deberíamos estudiar seriamente y consensuar.


jueves, junio 29, 2017

El Centre d'Investigacions Film-Història lliurà els seus premis anuals a la Filmoteca de Catalunya


Des del 25è aniversari de la seva fundació (1983), el Centre dInvestigacions Film-Història, grup de recerca adscrit a la secció dHistòria Contemporània i Món Actual del nou departament dHistòria i Arqueologia lliurà el dimarts dia 27 els seus premis anyals dins una sessió de la Filmoteca de Catalunya, a les 18:30 en la Sala Laya.

El Premi a la Millor Investigació de 2016 ha estat atorgat a lhistoriador Ángel Miquel, pel seu llibre Crónica de un encuentro: el cine mexicano en España, 1933-1948, per la seva rigurosa recerca -perfectament il·lustrada pel mateix autor- sobre un període i unes relacions cinematogràfiques poc estudiades, segons lActa del Jurat. Aquest professor de la UNAM vindrà des de Mèxic per recollir aquest guardó i presentarà el film Allá en el Rancho Grande (1936), de Fernando de Fuentes. 

El Premi Especial del Jurat denguany ha estat atorgat a la historiadora Gloria Camarero, professora de la Universidad Carlos III de Madrid, per la seva acurada organització dels Congressos Internacionals dHistòria i Cinema a lEstat espanyol i la valuosa edició de les Actes daquestes reunions científiques durant els cursos acadèmics 2007 al 2016, diu també el Jurat del Centre.

Per altra part, la tercera edició del Premi FILM-HISTÒRIA Junior 2016 al Millor Treball de Recerca de Batxillerat ha estat per lalumne Àlex Serra Alcina, de lInstitut Mediterrània del Masnou per lacurat estudi històric i filmogràfic Levolució del cinema de terror. Des de 1896 fins a lactualitat, tutoritzat per la professora Blanca Pardo. Tanmateix el Jurat ha donat un Accèssit al treball col·lectiu intitulat El NO-DO. Imatges duna època de David Fonteboa Carmona, Jonathan Lencina Jiménez i Sergio Peña Pérez del Col·legi Sant Gabriel de Sant Adrià del Besòs, tutorat per les professores Laura Puy i Ruth Vives.


viernes, mayo 19, 2017

NUEVAS PELÍCULAS RECOMENDADAS


Aquí va mi listado de 20 filmes recientes (unos de estreno; otros ya en vídeo), para todos los gustos:

BALLERINA
LA CIUDAD DE LAS ESTRELLAS
DESPUÉS DE LA TORMENTA
EL EDITOR DE LIBROS
FÁTIMA, EL ÚLTIMO MISTERIO
GRU 3. MI VILLANO FAVORITO
HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE
IGNACIO DE LOYOLA
UN ITALIANO EN NORUEGA
EL JUGADOR DE AJEDREZ
LA LLEGADA
LOVING
MARAVILLOSA FAMILIA DE TOKIO
MORGAN, EL HOMBRE QUE LO CONSEGUÍA TODO
NEGACIÓN
SI DIOS QUIERE
SILENCIO
STEFAN ZWEIG: ADIÓS A EUROPA
SULLY
LOS ÚLTIMOS AÑOS DEL ARTISTA: AFTERIMAGE

Y buen verano cinéfilo!


jueves, mayo 04, 2017

Josep M. Queraltó protagonitzarà la 13a Tribuna del Cinema Espanyol


El col·leccionista Josep Maria Queraltó serà el protagonista de la 13a Tribuna del Cinema Espanyol, que tindrà lloc a la Sala Gran de la Facultat de Geografia i Història  de la UB (Montalegre, 6, 4a planta), el proper dimarts 9 de maig, a les 11 h. L’entrada es lliure.

La Tribuna del Cinema Espanyol, que s’organitza des del curs acadèmic 2001-2002, és una iniciativa del Centre d’Investigacions Film-Història, del departament d’Història i Arqueologia de la UB. Es tracta d’una plataforma oberta en què es convida un cineasta a parlar de la seva trajectòria artística i a dialogar sobre la seva obra. Al final de l’acte, el convidat participa en un col·loqui amb el públic assistent. Fins ara, han passat per aquestes tribunes especialitzades els directors José Luis Guerín, David Trueba, José Luis Borau, Josep Maria Forn, José María Nunes i Daniel Benmayor, l’actriu Assumpta Serna, els productors Julio Fernández, Edmon Roch i Andrés Morte, l’actor Emilio Gutiérrez Caba i l’historiador Esteve Riambau.

Josep Maria Queraltó (Vallbona de les Monges, 1937) és president d’honor de la Fundació Aula de Cinema Col·lecció Josep M. Queraltó, membre de l’Academia de Cine Europeo, l’Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España i membre d’honor de l’Acadèmia del Cinema Català. Té la Creu de Sant Jordi i el Premi Segundo de Chomón, entre altres guardons. Queraltó poseeix una de les majors col·leccions privades d’Europa d’objectes relacionats amb el setè art i el món audiovisual: més de 20.000 peces, des de les ombres xineses, les llanternes màgiques, els zootrops, els praxinoscopis, el cinematògraf Lumière… fins el més recent cinema analògic. Actualment, té el projecte de transformar la col·lecció de Josep M. Queraltó -que ha estat exhibida parcialment en nombroses exposicions a l’Estat espanyol i arreu, fins i tot a Jerusalem i Brussel·les- en un museu temàtic, històric, pedagògic i interactiu. L’any 2014 Queraltó va ésser el protagonista del documental JMQ, a la recerca d’un somni.


martes, abril 25, 2017

COLOQUIO SOBRE “AFTERIMAGE”, DEL MAESTRO ANDRZEJ WAJDA, EN EL BCN FILM FESTIVAL


Este martes, hemos tenido la primera sesión el I Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi, precisamente sobre la última película realizada por el maestro Andrzej Wajda antes de morir: Afterimage. Después de presentarme el director del certamen, José María Aresté. Sintetizo mi discurso previo al coloquio.

Los últimos días del artista: Afterimage se trata de una auténtica obra maestra, que posee cierto cariz autobiográfico con su autor, aunque está inspirada en el drama final del pintor vanguardista polaco Wladyslaw Strzeminski, durante el período 1948-1952.


 Andrzej Wajda (Suwalski, 1926) fue uno de los más grandes y veteranos realizadores del cine de los países del Este, que seguiría en activo hasta los 90 años (murió en Varsovia, el 9 de octubre de 2016) y ha sido reconocido como un maestro del séptimo arte. Combatiente en la Resistencia durante II Guerra Mundial, estudió Pintura en la Academia de Bellas artes de Cracovia y se graduó como Director en la prestigiosa Escuela der Cine de Lodz. Ayudante del pionero Aleksandr Ford, fue el gran precursor de la “nueva ola” polaca de los años 60. Se dio a conocer con su célebre trilogía: Generación (1954), Kanal (1956) y Cenizas y diamantes (1958), sobre la batalla de Varsovia y la Resistencia. En aquella época manifestó su admiración y la influencia del Neorrealismo y del cine negro, y añadió: “No trabajábamos de modo alguno en el marco del realismo socialista”. Refugiado en la década de los sesenta en una serie de adaptaciones literarias, pronto evidenció un talento artístico pleno de matices poéticos y extrema sensibilidad.

Con todo, el universo creador de Andrzej Wajda resulta complejo, pues funda el romanticismo -a vaces, calificado como salvaje- y el expresionismo barroco con el realismo crítico de carácter nacionalista, a caballo entre el materialismo y el humanismo que le singularizaba como autor. Le gustaba contraponer el Amor y la Muerte, el Heroísmo y la Locura. Con una obra un tanto atormentada, presa del recuerdo de la guerra y vuelta hacia el pasado polaco -recuérdese su película sobre la Revolución industrial, La tierra de la gran promesa (1975)-, Wajda fue un testigo de las incertidumbres del presente histórico. Es más, combinaría su prolífico quehacer fílmico (44 películas realizadas en 60 años) con la dirección escénica y televisiva.

Crítico con el totalitarismo de izquierda con su famoso film El hombre de mármol (1977), mostró su clara disidencia con El hombre de hierro (1981), donde rompió un lanza a favor del sindicato Solidarnosc y, posteriormente, contra el sistema comunista con la parábola Danton (1982), que tuvo que realizar en Francia al ser declarada ilegal su productora -incluso fue detenido- por parte del Gobierno polaco del general Jaruzelski.

En 1990, cuando Lech Walesa ya era presidente de su país, regreso y rodó nuevas películas, destacando Katyn (2007), sobre la matanza que costó la vida a más de 20 mil militares y civiles polacos -entre los que estaba su padre-, asesinados cruelmente por los soviéticos durante la II Guerra Mundial -que se había atribuido a los nazis-, además de sus dos últimos films, Walesa, la esperanza de un pueblo (2013) y Powidoki (2016). En el año 2000, recibió el Oscar honorífico de la Academia de Hollywood.


 Afterimage (imagen remanente, sería la traducción), Powidoki (postimágenes), su título original, es, sin duda, una obra maestra, que narra con gran belleza plástica los últimos años de un artista excepcional, Wladyslaw Strzeminski (1893-1952, que encarna magistralmente Boguslaw Linda -uno de los grandes actores polacos-, la cual ofrece una reflexión sobre la creación artística, al tiempo que nos habla de la libertad y sus consecuencias en ese contexto histórico (1948-52) y del enfrentamiento de un genial maestro con el régimen soviético en la época estalinista, que quería imponer el realismo socialista en el arte contemporáneo. Asimismo, el film de Wajda habla de la teoría del unismo, que formuló Strzeminski en los años veinte -pero no dice que sus pinturas inspiraron las composiciones musicales de Zymunt Krauze-, del colectivo “a. r.” (artistas revolucionarios), colección de arte de vanguardista de Lodz, entre los que estaba su esposa, la escultora Katarzyna Kobro, y también de su libro La teoría de la visión, textos que recopilaron sus alumnos, como se ve en la película. Profesor e instructor de diseño de artes plásticas, al final sería reivindicado y actualmente la Real Academia de Bellas Artes de Lodz lleva su nombre.

Podemos ahora abrir el coloquio con los temas que propone EDUCACINE: las vanguardias artísticas; la libertad creativa en regímenes autoritarios; la creación artística al servicio de las ideologías: ¿una forma de arte?; supervivencia y mantenimiento de las propias convicciones, o cómo vivir el adagio: primum vivere, deinde philosophare; conciliación entre vida profesional y vida familiar; y ¿cómo se abordan las biografías en el cine?

martes, abril 18, 2017

El Centre d’Investigacions Film-Història de la UB colabora en el BCN Film Festival-San Jordi



La próxima fiesta de Sant Jordi traerá de la mano un nuevo festival para la ciudad de Barcelona: el Primer Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi (www.bcnfilmfest.com), que se celebrará entre el 21 y el 28 de abril en los Cinemes Verdi del barrio de Gràcia de Barcelona.

El nuevo certamen, organizado por Espectarama (Cinemes Verdi) y el Festival Educacine (DeCine21), pretende convertirse en un punto de encuentro imprescindible para el público de Barcelona. Un festival que nace, igual que la emblemática fiesta de Sant Jordi, con un carácter popular y abierto a todos los públicos y a todo tipo de géneros. El director de programación es el crítico de cine José María Aresté.

Con la colaboración del Centre d’Investigacions Film-Història (www.filmhistoria.com), el BCN Film Festival-Sant Jordi está formado por cinco secciones: Oficial, con las películas adscritas al tema central del certamen: Cine-Historia-Literatura; Cinema amb Gràcia, con una selección de comedias agrupadas en una sección que rinde homenaje al barrio de Gràcia; Zona Oberta, en la que el Festival se abrirá a otros tipos de películas y públicos, que no encajarían en las anteriores secciones; Imprescindibles, que proyectará cuatro obras maestras de la historia del cine seleccionadas por el “padrino del festival”, que este año recae en el historiador y cineasta Bertrand Tavernier; y Exhibition On Screen, que presentará una selección de documentales de calidad sobre grandes pintores de todos los tiempos.

Entre los 35 films que se exhibirán destaca la película que inaugurará el certamen: Norman, el hombre que lo conseguía todo, de Joseph Cedar, que presentará el propio director y el protagonista, Richard Gere, cuya proyección tendrá lugar el día 21 de abril. También se proyectarán títulos inéditos, como Los últimos días del artista (Afterimage), la última película que rodó el maestro Andrzej Wajda justo antes de morir, que introducirá el catedrático emérito de la UB y fundador del Centre d’Investigacions Film-Història, Josep Maria Caparrós, y mantendrá un coloquio al final; Su mejor historia (Their Finest), de Lone Scherfig, cuyo coloquio correrá a cargo de Juan Manuel Alonso, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y miembro del Centre Film-Història ambas están programadas para el martes 25 de abril; y las también históricas Churchill, con la presencia de su realizador, Jonathan Teplitzky, que comentará Francesc Sánchez Barba, director adjunto del Centre Film-Història y profesor de Historia Contemporánea (UB), cuya première mundial está prevista para el miércoles 26; y Una bolsa de canicas (Un sac de billes), de Christian Duguay, coloquio que irá a cargo del doctor Rafael de España, cofundador del Centre Film-Història, que se proyectará el jueves 27. En la sesión de clausura, viernes 28 de abril, se estrenará Día de patriotas, de Peter Berg, film sobre el atentado del Maratón de Boston, en 2013, y se concederán los premios del certamen. 


Patriots Day, la película de clausura

domingo, marzo 26, 2017

"INCIERTA GLORIA", UNA VISIÓN SESGADA DE LA GRAN NOVELA DE JOAN SALES



Hace más de veinte años, a través del hoy desaparecido escritor Carlos Pujol, me llegó el encargo de asesorar la posible adaptación cinematográfica de esta obra catalana de Joan Sales, considerada como una de las mejores novelas europeas del siglo XX. Hablé con la viuda del escritor, y quería que se respetase el texto de su marido. Me leí el original de Incerta glòria, en los dos volúmenes editados por Edicions 62/la Caixa (1981), y me impresionó. Pero al final no se llevó a la pantalla. Si no recuerdo mal, el director iba a ser Francesc Bellmunt. Y la viuda de Sales, Núria Folch i Pi, falleció en el año 2010.

Ahora se ha estrenado la versión producida por Isona Passola y dirigida por Agustí Villaronga (Palma, 1953), y me ha defraudado. No está a la altura de la novela del gran escritor y editor, republicano y católico. Incierta gloria no ha sido sintetizada por el cineasta mallorquín; más bien ha sido sesgada: omite a uno de los personajes centrales, el seminarista Cruells, dejando a los otros protagonistas -la Carlana, Lluís de Brocà, Trini y Juli Soleràs- sólo en el marco de la Guerra Civil española -concretamente en el año 1937, haciendo hincapié en el aspecto más sórdido, como hiciera en Pa negre (2010)- y elimina la parte más filosófica del libro original, cuyo profundo dramatismo, moralidad y calidad o estilo literario ha sido comparado con Fiódor Dostoievski, Georges Bernanos, François Mauriac o Graham Greene.

¡Qué lejos está la película de Villaronga de esos autores! Además, quién no haya leído la novela se encuentra con los personajes casi de golpe, sin apenas contextualización y descripción psicológica, y asiste sorprendido a la tragedia. Aun así, cabe reconocer la espléndida ambientación del frente de Aragón y la Barcelona de aquellos años (Plaza Palau, Hospital de Sant Pau, los bombardeos a la Ciudad Condal), al igual que la convincente interpretación de Núria Prims como la Carlana, Marcel Borràs como el teniente Lluís, Bruna Cusí como Trini, y Oriol Pla como Soleràs, aunque un tanto desdibujado. Por otra parte, Agustí Villaronga incluye una cruda escena erótica y algunos desnudos complacientes y obscenidades que no salían en el texto original; posibilidad que antaño la viuda de Joan Sales quería que yo me encargara de evitar, además de que se respetara el espíritu del libro.


Sin embargo, ante su incompleta traducción de la novela, el director se defendió así: “A mí particularmente no me interesa tanta disquisición cristiana ni tanta duda existencialista sobre la bondad que enarbola Cruells. Por eso eso sería partidario de fundir los dos personajes a favor de Soleràs”. Y también manifestó: “Filmar un proceso intelectual de personajes que hacen disquisiciones morales, metafísicas y religiosas, como es el caso, es muy difícil, siempre has de ir a los diálogos y corres el peligro de hacer una cosa pesada y poco reflexiva. El cine no es el espacio adecuado para este tipo de reflexiones… Se me hace muy difícil reflejar en imágenes el aspecto intelectual de la obra”. (Cfr. Bernat Salvà, Entrevista a Agustí Villaronga, en El Punt Avui, 15 de marzo de 2017, p. 34).

Sí el crítico y profesor Àngel Quintana escribió en el mismo diario catalán una aguda reseña titulada Sense el rerefons catòlic, donde dice que “el paso del drama existencial a la tragedia sexual provoca algunos desniveles en la película”, el también especialista Peio Sánchez termina afirmando en su crítica del film: “La disculpa no es la dificultad llevar al cine una obra de 700 páginas que necesitan ser aligeradas. Ni la solución es despojar a los personajes de su verdadera hondura dramática para traspasarlos a la dificultad de amar en tiempos de cólera y de salvar a un niño en medio del desastre. Incierta gloria se merecía algo más y no un simple cirujano de encargo. Hay en nuestra cultura un vértigo, que podemos llamar indiferencia, al abismo y a las profundidades. La novela sigue esperando al lector con la misma actualidad, la película ya es obsoleta.” (Cfr. Incierta gloria: “traduttore, traditore”, en Catalunya Cristiana, 26 de marzo de 2017, p. 26).  

Francamente, si Joan Sales (1912-1983) y su viuda -Núria Folch- pudieran levantar la cabeza, no aplaudirían.