martes, febrero 24, 2009

UNOS OSCARS NADA CONVENCIONALES


Penélope Cruz, la primera actriz española que alcanza la estatuilla dorada, con Sean Penn y Kate Winslet


La 81 ceremonia de los preciados Oscar de Hollywood tuvo como primera protagonista a nuestra Penélope Cruz, que con su interpretación secundaria en Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, logró merecidamente el premio a la Mejor actriz de reparto 2008.
Sin embargo, la gran triunfadora de esa noche dorada del Séptimo Arte fue la película anglo-india Slumdog Millionaire, del británico Danny Boyle, otro filme innovador de este autor vanguardista que no dejará indiferente al público mundial. No obstante, es una película más dirigida a cinéfilos que tuvo gran dificultad de distribución en España y pensó lanzarse directamente al mercado del videoclub. Gracias al empuje y atrevimiento de Julio Fernández, Filmax optó por estrenarla en las salas y ahora ha recibido su recompensa: ocho Oscars, a la Mejor película, Mejor director, Mejor guión adaptado, Mejor fotografía, Mejor montaje, Mejor música, Mejor canción y Mejores efectos de sonido.
Por otra parte, el más convencional filme de David Fincher, El curioso caso de Benjamin Button –un producto brillante, que parecía realizado para los Oscar y tenía 13 nominaciones– sólo se llevó tres galardones técnicos: Mejores dirección artística, maquillaje y efectos visuales; mientras la otra gran candidata de esta 81 edición, Mi nombre es Harvey Milk, de Gus Van Sant, obtuvo únicamente dos: Sean Penn, como Mejor actor protagonista, y el correspondiente al Mejor guión original, que reivindica a un célebre activista gay y líder político californiano que sería asesinado.

Otra película con un fondo equívoco fue The Reader (El lector), de Stephen Daldry, con la cual su protagonista, la eterna candidata Kate Winslet, finalmente se llevó el Oscar a la Mejor actriz. Aquí interpreta a una celadora que tiene relaciones sexuales con un menor y, años después, éste descubre el pasado nazi de una mujer que le dejó traumatizado. Por otro lado, el premio al Mejor actor secundario recayó en el fallecido Heath Ledger, por su interpretación en El caballero oscuro, nueva secuela de Batman que logró el Oscar al Mejor sonido.
Asimismo, la singular película de animación Wall-E, de Andrew Stanton, resultaría otra triunfadora de la noche; al tiempo que el Oscar al Mejor filme extranjero fue para el japonés Okuribito, de Yojiro Takira, aún no estrenado en España. Y poco más, entre los importantes. Con todo, se fueron de vacío Angelina Jolie, gran intérprete de la obra maestra de Clint Eastwood, El intercambio, y los notables trabajos de Frank Langella, en El desafío: Frost contra Nixon, y del "recuperado" Michey Rourke, en El luchador, así como el original filme de animación Vals con Bashir, del israelí Ari Folman.
Pero volviendo a la joven actriz de Alcobendas (Madrid), cabe decir que Penélope Cruz, muy emocionada en el escenario del Kodak Theatre de Los Ángeles, agradeció en buen inglés a sus orígenes la preciada estatuilla: a su familia, y también a los cineastas que la lanzaron al estrellato: Pedro Almodóvar, Bigas Luna, Fernando Trueba y, más especialmente, a Woody Allen. Dice el refrán, que “es de bien nacidos ser agradecidos”. Déjenme decirlo popularmente: Pe se lo ha currado. El endémico cine español está de enhorabuena. Y los aficionados autóctonos no envidiosos, felices.
(Publicado en www.cinemanet.info)