Kathryn Bigelow es la primera mujer que recibe el Oscar a la Mejor dirección
El pasado domingo, 7 de marzo, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood concedió sus preciados galardones. Aquí va mi crónica y breve valoración crítica
Hasta la madrugada del lunes, los medios de comunicación españoles no dieron la relación completa de los Oscar 2009. Algunos adelantaron que nuestra estrella Penélope Cruz no había recibido la segunda estatuilla dorada; fue la rompedora Mo’Nique, por Precious, quien se llevó el premio a la Mejor actriz de reparto.
Sin duda, la gran triunfadora de esta 82 edición fue Kathryn Bigelow, la realizadora de En tierra hostil, quien se llevó nada menos que los seis más importantes Oscar: Mejor película, Mejor directora, Mejor guión original (Mark Boal), Mejor montaje (Bob Murawski y Chris Innis), Mejor sonido y Mejor edición de sonido.
La Bigelow derrotó a la taquillera película en 3D de John Cameron, Avatar, que sólo se obtuvo tres estatuillas técnicas: Mejor fotografía (Mauro Fiore), Mejor dirección artística (Rick Carter y Robert Stromberg) y Mejores efectos visuales.
La tercera en discordia fue el magistral film de animación, Up, que ganó dos Oscar: Mejor música original (Michael Giacchino) y Mejor película animada. También dos premios se llevó la independiente Precious, pues junto a la reveladora Mo’Nique, Geoffrey Fletcher recibió el galardón al Mejor guión adaptado.
Asimismo, otros dos premios obtuvo Corazón rebelde: Mejor canción original (“The Weary King”) y el más preciado al Mejor actor principal: Jeff Bridges –después de seis nominaciones sin éxito–, por su notable interpretación del cantante country Bad Blake; mientras la Mejor actriz protagonista recayó en la esbelta Sandra Bullock, por The Blind Side, que por fin se ha consolidado como star. El Oscar al Mejor actor secundario fue, indiscutiblemente, para Christoph Waltz, por su impresionante papel de coronel nazi en Malditos bastardos, de Tarantino.
Por último, la Mejor película de habla no inglesa fue para la argentina El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Merecido Oscar, que derrotó a las fílmicamente más acabadas, pero mucho más duras, La cinta blanca y Un profeta.
Pienso, como ya es habitual, que los miembros de la vieja Academia de la Meca del Cine han sabido conjugar la gran fiesta mundial del Séptimo Arte con lo “políticamente correcto”: los mejores galardones han sido para una película que evidencia la tragedia del Irak, la excelente En tierra hostil, de Kathryn Bigelow–aunque reconoce que sus “muchachos” son las víctimas–, evitando premiar a quien fuera su marido, John Cameron, que aplaudió el triunfo de su ex mujer. Y también a la gamberra película de Quentin Tarantino o la más testimonial Up in the air. Asimismo, galardonararon un documental sobre delfines en lugar de la denuncia a la guerra del Vietnam, sobre los célebres papeles secretos del Pentágono.
Sin duda, la gran triunfadora de esta 82 edición fue Kathryn Bigelow, la realizadora de En tierra hostil, quien se llevó nada menos que los seis más importantes Oscar: Mejor película, Mejor directora, Mejor guión original (Mark Boal), Mejor montaje (Bob Murawski y Chris Innis), Mejor sonido y Mejor edición de sonido.
La Bigelow derrotó a la taquillera película en 3D de John Cameron, Avatar, que sólo se obtuvo tres estatuillas técnicas: Mejor fotografía (Mauro Fiore), Mejor dirección artística (Rick Carter y Robert Stromberg) y Mejores efectos visuales.
La tercera en discordia fue el magistral film de animación, Up, que ganó dos Oscar: Mejor música original (Michael Giacchino) y Mejor película animada. También dos premios se llevó la independiente Precious, pues junto a la reveladora Mo’Nique, Geoffrey Fletcher recibió el galardón al Mejor guión adaptado.
Asimismo, otros dos premios obtuvo Corazón rebelde: Mejor canción original (“The Weary King”) y el más preciado al Mejor actor principal: Jeff Bridges –después de seis nominaciones sin éxito–, por su notable interpretación del cantante country Bad Blake; mientras la Mejor actriz protagonista recayó en la esbelta Sandra Bullock, por The Blind Side, que por fin se ha consolidado como star. El Oscar al Mejor actor secundario fue, indiscutiblemente, para Christoph Waltz, por su impresionante papel de coronel nazi en Malditos bastardos, de Tarantino.
Por último, la Mejor película de habla no inglesa fue para la argentina El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Merecido Oscar, que derrotó a las fílmicamente más acabadas, pero mucho más duras, La cinta blanca y Un profeta.
Pienso, como ya es habitual, que los miembros de la vieja Academia de la Meca del Cine han sabido conjugar la gran fiesta mundial del Séptimo Arte con lo “políticamente correcto”: los mejores galardones han sido para una película que evidencia la tragedia del Irak, la excelente En tierra hostil, de Kathryn Bigelow–aunque reconoce que sus “muchachos” son las víctimas–, evitando premiar a quien fuera su marido, John Cameron, que aplaudió el triunfo de su ex mujer. Y también a la gamberra película de Quentin Tarantino o la más testimonial Up in the air. Asimismo, galardonararon un documental sobre delfines en lugar de la denuncia a la guerra del Vietnam, sobre los célebres papeles secretos del Pentágono.
Hubo, por tanto, mucha brillantez y emotividad en la gala, y todos se irían a celebrarlo felices, al tiempo que las estrellas de Hollywood lucían en la alfombra roja sus mejores vestidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario