Los llamaron los actores “de la ceja”, los “amigos de Zapatero”. Mucho se dijo de todos ellos cuando en 2008 apoyaron la candidatura del actual presidente mediante una icónica campaña de gestos y símbolos –‘la ceja’ entre ellos– y todavía hoy se recuerda con admiración, desdén y humor a partes iguales. Es el posicionamiento político de los artistas españoles, una práctica común y humana que no siempre tiene el visto bueno de la audiencia
Con este texto comienza su artículo de Cynthia M. Price, estudiante de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández, quien me ha vuelto a entrevistar para la revista digital InCinema. Cine desde dentro, ahora sobre un tema de actualidad política, junto a otros especialistas españoles. Reproduzco las respuestas completas al cuestionario que me envió esta colega.
Por C. M. PRICE
- Durante las generales de 2008 muchos artistas españoles apoyaron a un determinado bando político. ¿Cómo cree que puede afectar esto a la campaña del partido?
- No me parece que el apoyo a determinado bando político -los artistas habitualmente son de izquierdas- pueda afectar a la campaña del partido, en este caso el PSOE.
- ¿Cómo cree que puede afectar a la carrera o consideración del profesional?
- Como los artistas -léase cineastas, actrices y actores- no son nada conservadores, ese apoyo no afectará a sus respectivas carreras.
- En la época franquista el posicionamiento político de actores y directores de cine ya existía, aunque en un ámbito y de una forma completamente distinta. ¿Cómo afectaba o qué cambiaba en aquel entonces el que un profesional del cine hiciese pública su opinión política? ¿Cómo se compara este efecto al de hoy día?
- Durante la Dictadura franquista, la mayoría de profesionales del cine era gente afecta al régimen, si querían trabajar. Y si hacían pública su opinión política, siempre era a favor del sistema. Además, contaban con las subvenciones del Estado. Un “mal endémico” que no se ha corregido en la España democrática; pues las películas las “pagan” también los ciudadanos españoles.
- ¿Por qué se posicionaba un actor o director antes, en comparación al por qué lo hacen ahora?
- La Guerra Civil había “marcado” hondamente al país. Por tanto, había que estar al lado de los “vencedores” -léase Movimiento Nacional, Falange Española-. Ahora se pueden criticar los defectos de la democracia, y no pasa nada.
- Tras salir de la dictadura, muchos artistas se prestaron a hacer público su apoyo político a un determinado bando, mediante mítines o anuncios en televisión.
- ¿Por qué lo hicieron? ¿Era una forma de decir que ya no había represión o una forma de publicitar los nuevos partidos de la democracia?
- La oposición -que también existía antes, en forma de disidencia interior- pudo hablar sin temor a ser encarcelada o marginada por desafección al régimen de Franco. Se inició, pues, una etapa de libertades, donde cada uno podía hablar libremente sobre lo que pensaba. Por ejemplo, Juan Antonio Bardem -el tío del famoso actor, Javier Bardem-, que había pertenecido al Comité Central del PCE, realizó películas políticas tan “comprometidas” como Siete días de enero, sobre la matanza de Atocha de abogados laboralistas por parte de la ultraderecha. O el también desaparecido Luis García Berlanga -asimismo con problemas de censura durante la dictadura- pudo realizar “sátiras democráticas” sobre cierta realidad española.
- En aquel momento muchos actores se posicionaron por igual a favor de bandos completamente distintos. No obstante, en el presente, parece que sólo uno de todos los partidos recibe el apoyo de los artistas. ¿Es porque realmente dicho partido es el único al que son afines los artistas españoles o porque existe un cierto temor a revelar que se opina diferente o se pertenece a uno de tantos otros partidos en España?
- No es del todo verdad que muchos actores o profesionales del cine se posicionaran por igual a favor de ambos bandos. Como he dicho antes, la mayoría están sólo a la izquierda. Y el tema de las subvenciones es general para todos -mientras se cumplan unos trámites burocráticos-; pues éste es uno de los grandes “males” del cine español, que ha heredado la actual democracia. Es posible que funcionen los “amiguismos” o simpatías ideológicas en este tema, como funcionaron antaño en la época dictatorial.
- ¿Qué visión considera que tiene el público sobre los actores que muestran una determinada preferencia política?
- El gran público tiene el concepto -heredado de la Guerra Civil y de la derecha- de que todos los actores son “rojos”. Y eso tampoco es del todo verdad. Son gente que no comulga con determinada forma de ver la vida, o con la política conservadora. Nada más.
- En otros países, como EEUU, este apoyo político sucede de forma constante pero en especial durante las últimas elecciones. De este modo, a veces son los propios artistas quienes financian o empujan la campaña de un candidato. ¿Cree que en España nos hemos “copiado” un poco de este fenómeno estadounidense? ¿o es característico de nuestra propia cultura?
- La realidad española es tan distinta de la norteamericana, que en rigor no cabe -o así me lo parece- esta comparación. Ellos son demócratas de toda la vida; nosotros, de anteayer.
- En marzo de 2010 el actor Willy Toledo hizo declaraciones sobre su apoyo al gobierno cubano, aludiendo a los presos políticos como delincuentes – incluyendo a Orlando Zapata, fallecido en una huelga de hambre. Este apoyo suscitó una fuerte polémica y un linchamiento mediático del actor. ¿Cual es o fue su opinión al respecto de este caso?
- Hace tres años, estuve en La Habana como miembro del Jurado del Festival de Cine Iberoamericano, y fui “espiado” por el Gobierno castrista. No digo más.
- ¿Considera que hay apoyos políticos inapropiados o apoyos de los que no se debería hablar aunque se crean?
- Ahora bien, en Cuba tienen “apoyos” que han dado lugar a una de las mejores escuelas de cine del mundo, en San Antonio de los Baños, que me mostraron amablemente los directivos del Festival.
- No me parece que el apoyo a determinado bando político -los artistas habitualmente son de izquierdas- pueda afectar a la campaña del partido, en este caso el PSOE.
- ¿Cómo cree que puede afectar a la carrera o consideración del profesional?
- Como los artistas -léase cineastas, actrices y actores- no son nada conservadores, ese apoyo no afectará a sus respectivas carreras.
- En la época franquista el posicionamiento político de actores y directores de cine ya existía, aunque en un ámbito y de una forma completamente distinta. ¿Cómo afectaba o qué cambiaba en aquel entonces el que un profesional del cine hiciese pública su opinión política? ¿Cómo se compara este efecto al de hoy día?
- Durante la Dictadura franquista, la mayoría de profesionales del cine era gente afecta al régimen, si querían trabajar. Y si hacían pública su opinión política, siempre era a favor del sistema. Además, contaban con las subvenciones del Estado. Un “mal endémico” que no se ha corregido en la España democrática; pues las películas las “pagan” también los ciudadanos españoles.
- ¿Por qué se posicionaba un actor o director antes, en comparación al por qué lo hacen ahora?
- La Guerra Civil había “marcado” hondamente al país. Por tanto, había que estar al lado de los “vencedores” -léase Movimiento Nacional, Falange Española-. Ahora se pueden criticar los defectos de la democracia, y no pasa nada.
- Tras salir de la dictadura, muchos artistas se prestaron a hacer público su apoyo político a un determinado bando, mediante mítines o anuncios en televisión.
- ¿Por qué lo hicieron? ¿Era una forma de decir que ya no había represión o una forma de publicitar los nuevos partidos de la democracia?
- La oposición -que también existía antes, en forma de disidencia interior- pudo hablar sin temor a ser encarcelada o marginada por desafección al régimen de Franco. Se inició, pues, una etapa de libertades, donde cada uno podía hablar libremente sobre lo que pensaba. Por ejemplo, Juan Antonio Bardem -el tío del famoso actor, Javier Bardem-, que había pertenecido al Comité Central del PCE, realizó películas políticas tan “comprometidas” como Siete días de enero, sobre la matanza de Atocha de abogados laboralistas por parte de la ultraderecha. O el también desaparecido Luis García Berlanga -asimismo con problemas de censura durante la dictadura- pudo realizar “sátiras democráticas” sobre cierta realidad española.
- En aquel momento muchos actores se posicionaron por igual a favor de bandos completamente distintos. No obstante, en el presente, parece que sólo uno de todos los partidos recibe el apoyo de los artistas. ¿Es porque realmente dicho partido es el único al que son afines los artistas españoles o porque existe un cierto temor a revelar que se opina diferente o se pertenece a uno de tantos otros partidos en España?
- No es del todo verdad que muchos actores o profesionales del cine se posicionaran por igual a favor de ambos bandos. Como he dicho antes, la mayoría están sólo a la izquierda. Y el tema de las subvenciones es general para todos -mientras se cumplan unos trámites burocráticos-; pues éste es uno de los grandes “males” del cine español, que ha heredado la actual democracia. Es posible que funcionen los “amiguismos” o simpatías ideológicas en este tema, como funcionaron antaño en la época dictatorial.
- ¿Qué visión considera que tiene el público sobre los actores que muestran una determinada preferencia política?
- El gran público tiene el concepto -heredado de la Guerra Civil y de la derecha- de que todos los actores son “rojos”. Y eso tampoco es del todo verdad. Son gente que no comulga con determinada forma de ver la vida, o con la política conservadora. Nada más.
- En otros países, como EEUU, este apoyo político sucede de forma constante pero en especial durante las últimas elecciones. De este modo, a veces son los propios artistas quienes financian o empujan la campaña de un candidato. ¿Cree que en España nos hemos “copiado” un poco de este fenómeno estadounidense? ¿o es característico de nuestra propia cultura?
- La realidad española es tan distinta de la norteamericana, que en rigor no cabe -o así me lo parece- esta comparación. Ellos son demócratas de toda la vida; nosotros, de anteayer.
- En marzo de 2010 el actor Willy Toledo hizo declaraciones sobre su apoyo al gobierno cubano, aludiendo a los presos políticos como delincuentes – incluyendo a Orlando Zapata, fallecido en una huelga de hambre. Este apoyo suscitó una fuerte polémica y un linchamiento mediático del actor. ¿Cual es o fue su opinión al respecto de este caso?
- Hace tres años, estuve en La Habana como miembro del Jurado del Festival de Cine Iberoamericano, y fui “espiado” por el Gobierno castrista. No digo más.
- ¿Considera que hay apoyos políticos inapropiados o apoyos de los que no se debería hablar aunque se crean?
- Ahora bien, en Cuba tienen “apoyos” que han dado lugar a una de las mejores escuelas de cine del mundo, en San Antonio de los Baños, que me mostraron amablemente los directivos del Festival.
- Para cerrar, un pronóstico: ¿Qué cree que puede pasar en las próximas elecciones generales en cuanto a este tema?
- Como no soy profeta, no puedo aventurar nada. Pero como España está arruinada por la crisis económica -que también es ética-, es posible que se rebajen las subvenciones estatales; sobre todo, si la derecha llega al Gobierno. Aun así, pienso -como gran parte de la opinión pública- que se producen demasiadas películas autóctonas, las cuales no siempre se estrenan; ya que las pantallas están “colonizadas” por el cine estadounidense.
- Como no soy profeta, no puedo aventurar nada. Pero como España está arruinada por la crisis económica -que también es ética-, es posible que se rebajen las subvenciones estatales; sobre todo, si la derecha llega al Gobierno. Aun así, pienso -como gran parte de la opinión pública- que se producen demasiadas películas autóctonas, las cuales no siempre se estrenan; ya que las pantallas están “colonizadas” por el cine estadounidense.
(Cfr. el artículo completo, en InCinema, 10-VI-2011).