lunes, julio 17, 2017

UN PROYECTO AMBICIOSO: CINE ESPAÑOL EN LAS AULAS

James Dean y Natalie Wood, en Rebelde sin causa (1955)


Estos últimos días ha salido una información en la prensa española que ha sorprendido a muchos: la iniciativa de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España de incluir como asignatura optativa en el sistema educativo del país el séptimo arte autóctono.

La propuesta, que se elevará al Ministerio de Educación, incluye el visionado de 30 películas españolas. El actual Director general de nuestra Academia, Joan Álvarez, ha manifestado que si un alumno de 16 años está obligado a saber quiénes eran Pablo Picasso y Salvador Dalí, ¿por qué no explicarles quiénes eran Luis Buñuel o Luis García Berlanga? El proyecto es “formar a las próximas generaciones de espectadores para que lleguen a sentirse orgullosos del cine que se hace en España”. Además de esos 30 filmes clave que deberían ver “de manera incontestable”, se añade que los profesores deberán instruir a los estudiantes sobre “los principios de la cinematografía, su historia y las diferencias entre las formas de rodar y montar en Hollywood, Europa, Rusia o Bollywood”.

Ante este ambicioso proyecto, han surgido voces que lo han puesto en tela de juicio: de momento, uno de los críticos de cine de La Vanguardia, Salvador Llopart, y el escritor Joan de Sagarra. Dice el primero: “El cine no debería ser nunca vivido como un castigo. Y mucho menos como una obligación. Uno teme que cualquier película vista por obligación, en la escuela, pueda tener un efecto contrario al deseado (…) Brindar información en la escuela, crear oportunidades, fascinar con ciertos directores: maravilloso. Pero habría que evitar sentar cátedra y convertir el cine en un arte esclerótico” (11 de julio). Mientras el segundo ratifica: “Huelga decir que estoy de acuerdo con las palabras de Llopart. Pero voy más lejos: ¿quién escogería esas 30 películas españolas a visionar en los colegios ‘de manera incontestable’? Los señores de la Academia, profesionales del cine? Pues estamos apañados, con el cariño que demuestran esas criaturas entre sí…” (16 de julio).

Ahora entro yo en la polémica. Desde hace muchos años, hemos hablado del cine como una “asignatura pendiente” en la educación española, cuando en Francia se enseñaba en los liceos desde los años 50, en Cataluña desde los años 60-70 -personalmente fui uno de los profesores en varios colegios, siguiendo las enseñanzas de mi maestro Miquel Porter, el pionero-. Pero no empleábamos sólo cine español, sino obras maestras del séptimo arte para enseñar a los alumnos a valorar las películas y sus autores, los diversos movimientos y la historia, además de hacer hincapié en el lenguaje fílmico y el sentido crítico en el análisis de los filmes.

Reducir el proyecto al cine español -que tan limitada aceptación posee entre el gran público- podría ser un fracaso o, al menos, contraproducente. Obviamente, en el programa deberían estar títulos como Surcos, ¡Bienvenido, Míster Marshall!, Calabuch, Muerte de un ciclista, Calle Mayor o El verdugo, junto a El espíritu de la colmena, El Sur y Los santos inocentes; pero también filmes tan importantes como El gran dictador, Las uvas de la ira, Ciudadano Kane, Roma, ciudad abierta, Los mejores años de nuestra vida, Ladrón de bicicletas, El tercer hombre, Rebelde sin causa, Los cuatrocientos golpes…, donde el espectador adolescente sabría valorar el arte cinematográfico en su contexto histórico, enseñarle la sintaxis y los distintos estilos, además de enriquecerse como persona y futuro público de buen cine, sea español o extranjero.

Por supuesto, estamos abiertos a colaborar con ese ambicioso proyecto oficial, iniciativa de la Academia Española, que deberíamos estudiar seriamente y consensuar.


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