Organizado por CinemaNet, bajo la dirección del
historiador y periodista Daniel Arasa, ayer se inició el tercer ciclo
especializado, que este año se ha dedicado a “Luchadores por la Justicia, la
Libertad y la Dignidad de las personas”.
Con créditos de libre
elección por la Universidad de Barcelona, me tocó hacer la sesión de apertura,
que se proyectó la película Amazing Grace.
Reproduzco la presentación.
Este film histórico, coproducido por Gran Bretaña y
Estados Unidos, conmemoró en 2007 el 200 aniversario de la aprobación de la ley
que prohibía el comercio de esclavos en el Reino Unido y su imperio colonial (1807). La industria británica, especializada en cine
histórico para la gran pantalla y la TV, encargó a un artesano inglés -Michael
Apted (1941), director de Enigma, Gorilas en la niebla y la tercera
entrega de Los cuentos de Narnia- la
realización de esta película, que ha contado con un espléndido guionista,
Steven Knight (Promesas del Este),
que no sólo escribió un biopic, sino
que retrata también el contexto sociopolítico de aquella época, en plena
Revolución Francesa y el posterior Imperio napoleónico, tras la Independencia de
los Estados Unidos de América.
Estamos, pues, ante un film emocionante, que narra
el largo combate del parlamentario William Wilberforce (1759-1833) para abolir
la esclavitud en el Imperio británico. Licenciado en Cambridge, amigo después
del jovencísimo premier William Pitt
(a los 24 años ocupó el cargo de primer ministro), fue un hombre de honda
religiosidad, que se planteó consagrar su vida como cristiano evangélico
-metodista- y, antes de hacerse clérigo, decidió seguir otra vocación: siente
que Dios le quiere en el mundo para contribuir desde la lucha política a
transformarlo, a hacerlo mejor. Pero de forma pacifista.
Por eso, lo que relata la película posee hoy mucho
interés, cuando sólo hace 200 años que la trata de esclavos era norma aceptada
por el Gobierno inglés -pues constituía la base económica de las plantaciones
del Sur de los Estados Unidos, que influiría en la Guerra de Secesión USA
(1861-1865)- y hace tan solo medio siglo la discriminación racial estaba
aceptada en la política estadounidense y recientemente incluso llegaron a tener
un presidente de color, afroamericano.
Asimismo, la historia de Wilberforce y sus
correligionarios demuestra que un grupo de personas audaces puede movilizar a
la opinión pública para acabar con una lacra social tan ampliamente aceptada en
su época como actualmente puede ser el tráfico de emigrantes para la
prostitución o de órganos, por no hablar del aborto o de la misma corrupción
que todavía nos invade.
Amazing Grace es un film dramático e
intenso, entrañable pero no sensiblero; tampoco cae en la fácil hagiografía;
pues se muestra al protagonista como un hombre normal, enamorado de su bella
esposa, y con una vocación de servicio, que puede ser un ejemplo para los
políticos de hoy.
Michael Apted ha logrado en su realización cinematográfica
un espléndido estudio de mentalidades, a través de unas interpretaciones plenas
de fuerza y autenticidad, llenas en matices éticos en su interioridad y
actuación; sobre todo en la coherencia que evidencia el personaje central,
William Wilberforce, que encarna el actor Ioan Gruffudd, conocido por
protagonizar las dos primeras películas de Los
4 fantásticos y un papel en la “oscarizada” Titanic. También quiero destacar de su puesta en escena, las
brillantes secuencias portuarias y parlamentarias, el cuidado vestuario de
aquella época; en definitiva, el gusto estético preside todo el film.
Una obra artística que cuenta con el célebre himno Amazing Grace (“Sublime gracia”), compuesto por John Newton, antiguo negrero, convertido después en clérigo (interpretado por el gran Albert Finney), que
posee la fuerza espiritual para hacer cambiar los corazones. Y frente a las
dificultades políticas y la resistencia ante los derechos humanos, se impone el
sentido del honor y la perseverancia para recomenzar y volver a intentarlo,
ganando al final (tras 18 debates en el Parlamento) la justicia y la libertad, gracias también al tesón y a la fe.
Por tanto, se trata de un excelente film para
comenzar este nuevo ciclo, que continuará con Hotel Rwanda (6 de octubre), Selma
(13 de octubre), Sophie Scholl (20 de
octubre) y Un hombre para la eternidad
(27 de octubre). Todas las sesiones serán en la Salón de Actos del Oratorio del Col·legi
Major Universitari Bonaigua (c/ Jiménez Iglesias, 1 - Barcelona), los viernes a
las 19:30 horas. Entrada libre.