Como se ha comentado mucho estos días, el Papa Francisco concedió a finales de agosto una entrevista a La Civiltà Cattolica. El director de la misma, Antonio Spadaro, se reunió con el Sumo Pontífice en la habitación que ocupa en la Casa Santa Marta, para hablar de todo tipo de cuestiones, algunas muy repetidas posteriormente por todos los medios de comunicación. Spadaro aprovechó la ocasión para consultarle también por sus gustos artísticos.
Además de comentar sus preferencias en el ámbito de la literatura, la pintura y la música, el Papa Francisco también desveló sus preferencias cinematográficas. Al parecer le apasionan los clásicos del cine italiano.
“La Strada de Federico Fellini es quizá la película que más me ha gustado. Me identifico con ella, porque contiene una referencia implícita a San Francisco”, comenta. “Además, creo que he visto todas las películas de Anna Magnani y Aldo Fabrizi cuando tenía entre 10 y 12 años. Otra película que me gustó mucho fue Roma, ciudad abierta”. Obra maestra de Roberto Rossellini, que abrió en 1945 el movimiento del Neorrealismo italiano.
Este gusto por el Séptimo Arte lo atribute a sus progenitores. “Mi cultura cinematográfica se la debo sobre todo a mis padres, que nos llevaban muy a menudo al cine”, dijo también. Aunque en esta ocasión sólo cita películas italianas, el Papa Francisco ha manifestado en otras ocasiones que uno de sus títulos favoritos es el film danés El festín de Babette, de Gabriel Axel. “Me llegó muchísimo”.
(Publicado también en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 14-X-2013)
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