El más famoso maestro del cine iraní, Abbas Kiarostami, ha vuelto a
nuestro país para enseñar a hacer cine a los jóvenes. Si en 2006 estuvo en el
CCCB para dialogar con el cineasta español Víctor Erice -allí tuve el honor de
saludarle-, ahora va a impartir durante diez días un taller de cortos a 55
estudiantes y una masterclass con José Luis Guerín.
El más famoso maestro del cine iraní, Abbas Kiarostami, ha vuelto a
nuestro país para enseñar a hacer cine a los jóvenes. Si en 2006 estuvo en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), para dialogar con el cineasta español Víctor Erice -allí tuve el honor de
saludarle-, ahora va a impartir durante diez días un taller de cortos a 55
estudiantes.
Kiarostami (Teherán, 1940), que es un gran especialista en cine infantil
-fundó en 1969 el Departamento Cinematográfico Intelectual de Niños y
Adolescentes en su ciudad natal-, ha sido el creador de una escuela fílmica en
su país. Destacó con su premiado tríptico ¿Dónde
está la casa de mi amigo? (1987), Y
la vida continúa (1992) y A través de
los olivos (1994), antes de brindarnos esa obra maestra que es El sabor de las cerezas (1997). Después
nos ofrecería El viento nos llevará
(1999) y Copia certificada (2010),
entre otras.
El maestro Abbas Kiarostami ha ejercido una gran influencia en toda una
generación de cineastas iraníes, algunos tan aplaudidos como su discípulo Jafar
Panahi (último Oso de Oro en el Festival de Berlín’2015 y todavía en la cárcel
por su defensa de los Derechos Humanos), Marzieh Meshkini (El día que llegué a ser mujer, 2001) o Majad Majidi (El color del paraíso, 2002), que como
todas sus películas testimonian la evolución de su país.
Con todo, “la sombra de Kiarostami es alargada”; pues el desaparecido
maestro del cine japonés, Akira Kurosawa, se manifestó así en el Festival de
Tokio’94 sobre su admirado colega iraní: “Es difícil encontrar las palabras
justas para hablar de las películas de Kiarostami. Hay que ir a verlas y darse
cuenta de que son simplemente maravillosas. Cuando Satyajit Ray murió [el
maestro del cine indio], me quedé muy triste. Pero después de ver los filmes de
Kiarostami pensé que Dios había enviado a la persona para reemplazarlo. Me
pregunto -continuaba el gran cineasta oriental (que antes se había declarado
ateo)- por qué los países que tienen una larga historia cinematográfica me parecen
menos buenos hoy, mientras los países que poseen una cultura cinematográfica
más reciente son formidables. Es una pregunta que me planteo cuando veo las
películas de Abbas Kiarostami”.
Sus filmes se pueden ver en la Filmoteca de Catalunya hasta el 31 de
marzo; al tiempo que la productora Black Factory ha sido la organizadora del
referido taller especializado, cuyo objetivo es que los alumnos aprendan y
acaben esta semana con un cortometraje bajo el brazo, mientras Kiarostami
realizará también el suyo.
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