domingo, abril 26, 2015

CENTENARIO DE ORSON WELLES


Uno de los grandes directores del cine mundial, Orson Welles (1915-1985) cumple este año el 100 aniversario de su nacimiento. De ahí que se hayan programado diversas actividades conmemorativas.

Como manifiesta el primer especialista español, Esteve Riambau, “su actividad se extendió también a la radio, al teatro, la televisión, la magia y múltiples ramificaciones todavía en proceso de estudio”. La Filmoteca de Catalunya tiene previsto un ciclo desde el 6 de mayo -fecha de su nacimiento- hasta el 30 de junio, donde se proyectará una completísima retrospectiva: 35 títulos, que incluye la totalidad de su filmografía como realizador, algunos de sus trabajos como actor y películas inacabadas -Don Quijote- e inéditas.

Enamorado de España, este artista multimediático también será objeto de un seminario internacional, del estreno de un espectáculo teatral -Feliç centenari, Mr. Welles!-, con libreto de Riambau y entrevistas ficticias a cargo del actor Carles Canut (a Welles lo encarnará Josep Maria Pou), así como la presentación de tres libros: la reedición de Mr. Arkadin; Conversaciones con Orson Welles, de Henry Jaglom; y Las cosas que hemos visto. Welles y Falstaff, asimismo de Esteve Riambau. Cabe recordar que ésta es una significativa frase que pronuncia al final de Campanadas a medianoche (1965) -que dirigió en España el propio Welles- el escudero del caballero Sir John Falstaff, personaje de ficción que encarnó el mismo Orson Welles (foto) y aparece en tres obras de William Shakespeare -Enrique IV, Enrique V y Las alegres comadres de Windsor-, del que el maestro americano fue un gran especialista. 

Por último, habrá una exposición de fotografías de Colita, en Cardona, donde se rodó una parte de esta producción española. Además, el 5 de junio se proyectará la versión restaurada de Campanadas a medianoche, en la Colegiata de Sant Viçent de Cardona, una de las joyas del románico catalán. En este film -producido por Emiliano Piedra, que fue marido de la también fallecida Emma Penella- participó mucha gente de esa localidad. 


(Publicado en DE PELÍCULA, www.diarioya.es, 3-V-2915)

sábado, abril 18, 2015

II FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE Y EDUCACIÓN


Del 11 al 16 de abril se ha celebrado en Madrid el II Festival Internacional de Cine y Educación, organizado por EDUCACINE, marca que promueve el portal Decine21 con la revista especializada Magisterio.

Según el equipo directivo -encabezado por el crítico José María Aresté-, se trata de hacer una “apuesta decidida para que el profesorado, padres de familia y alumnos utilicen las películas y series televisivas con cabeza, como entretenimiento, pero también como una forma de ampliar la visión que tenemos del mundo y del hombre, el afán de aumentar la propia cultura, conocer distintas mentalidades y costumbres, el amor a la naturaleza y el deseo de ayudar a los demás”.

A tal fin, se han celebrado conferencias y mesas redondas, con proyecciones de películas clásicas -como Tiempos modernos, de Charles Chaplin; y Adiós, muchachos, de Louis Malle- y actuales. Entre los filmes contemporáneos, cabe destacar Class Enemy, La profesora de Historia (foto), Ciencias naturales, La lección, Nuestro último verano en Escocia y Regreso a Ítaca, este último presentado por el propio director, Laurent Cantet, que mantuvo un animado coloquio con el público asistente.

Finalmente, hubo una jornada profesional para educadores; pues se habla mucho de una asignatura de cultura audiovisual en las aulas, y de que los jóvenes consumen sin parar obras de diverso metraje a través de numerosos medios, desde el ordenador al teléfono móvil, aunque todavía queda mucho para lograr que las nuevas generaciones “piensen” las películas, series de televisión, sketches de YouTube… más allá del consumo rápido, con un asimilado muchas veces inconsciente, pero que no contribuye como debiera a la formación integral de la persona.

Nuestra felicitación a EDUCACINE por tan loable iniciativa. Y esperamos la tercera edición. 

domingo, abril 12, 2015

"LOREAK" Y "BLANCA COMO LA NIEVE, ROJA COMO LA SANGRE", PREMIOS "FAMILIA" 2014


El pasado sábado tuvo lugar la gala de las “Olas de Oro”, los premios cinematográficos “Familia”,  que concede desde hace 19 años la entidad CinemaNet.

En esta edición correspondieron exaequo a la película vasca Loreak (“Flores”) y a la italiana  Blanca como la nieve, roja como la sangre. Recogieron los galardones los directores de ambos filmes, Jon Garaño y Giacomo Campiotti, llegados del País Vasco e Italia.

Asimismo, en el transcurso del concurrido acto, se hizo un homenaje al psiquiatra Paulino Castells, que fue miembro del jurado desde su creación y falleció el pasado mes de enero, y al también recientemente desaparecido maestro Manoel de Oliveira, el gran cineasta portugués, que había recibido el Premio “Familia” por su mejor trayectoria el año 2000. Galardón que el presente año correspondió al director Rafael Gordon (foto), que también se desplazó desde Madrid para recoger el premio.
La gala -celebrada en el auditorio de CaixaForum, en Barcelona- concluyó con un concierto sobre música de cine a cargo de la cantante Mariona Bosch y el pianista Àngel Puig.

Una vez más, la entidad presidida por el cineasta Lluís J. Comeron y dirigida por el historiador Daniel Arasa -que está realizando una gran labor educativa en el mundo del cine, con su web www.cinemanet.info y dos congresos especializados- ha reconocido a las personas y películas con valores humanos, familiares y sociales, que periódicamente aparecen en nuestras pantallas.

(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 12-IV-2015)




viernes, abril 03, 2015

ADIÓS AL GRAN MANOEL DE OLIVEIRA


A los 106 años, ha fallecido el cineasta más viejo del mundo: el portugués Manoel de Oliveira. Fue un maestro del Séptimo Arte, que se ganó el respeto y la admiración de cinéfilos y profesionales. Como católico que era, reflexionada sobre los grandes temas de la Humanidad. En España, recibió el premio cinematográfico “Familia” por sus valores artísticos y humanos.

Nacido en Oporto (11 de diciembre de 1908), trabajó a finales de época muda y triunfó en la sonora y moderna. Su debut fue con el documental Douro, faina fluvial (1929-31), de 17 minutos de duración, cuya belleza plástica y voluntad testimonial ya evidenciaban la categoría creadora de un autor que ha pasado a la historia del cine con letras de oro. Tras esta obra magistral, Manoel de Oliveira siguió como actor (A canção de Lisboa, 1933) y director de largometrajes -su Aniki-Bóbó (1942) está considerado como precursor del Neorrealismo-, para volver a la realización en los años sesenta (Acto de primavera y A caçá, ambos de 1963) hasta transformarse en uno de los cineastas más importantes de la última década del siglo XX y principios del tercer milenio. Y ahí están estos títulos para demostrarlo: A Divina Comédia (1991), El valle Abraham (1993), A caixa (1994), El convento (1995), Viaje al principio del mundo (1997), La carta (1999), Vuelvo a casa (2000), El principio de la incertidumbre (2002), Una película hablada (2003), El espejo mágico (2005) o El extraño caso de Angélica (2009), por no citar más.

Estudioso de la unidad entre el lenguaje escénico y fílmico -hablaba del “cine como preservación audiovisual del teatro”, y su cinta Los caníbales (1988) dio lugar a una ópera-, sería valorado como vanguardista y clásico a la vez. Con una planificación muy estática, cabe considerarle también un heredero de los maestros Flaherty, Dreyer, Bergman y Buñuel. Su obra fue más prolífica en los últimos años: casi un film anual, pese a la edad, hasta 62 como director. Oliveira está reconocido como un maestro del cine europeo, desde su “tetralogía de los amores frustrados” (O pasado e o presente, Benilde ou a Virgem-Mae y Amor de perdição) a sus premiadas películas en los festivales internacionales (Le soulier de satin recibió el “León de Oro” de la Mostra de Venecia). Seriamente preocupado por la condición humana, había manifestado: “Lo que mejor podría venir es lo que más falta hace ahora: respeto y amor al prójimo y a la humanidad. Y respeto y amor por la naturaleza. La técnica ha sustituido a la realidad”. 

Elegante y no exento de un agudo sentido del humor, Manoel de Oliveira ha cultivado la comedia negra, ofrecido parábolas sobre el cielo y el infierno, y su cine -discursivo y de hondo cariz intelectual- posee dos temas recurrentes: el desengaño y la tentación. Hollywood se olvidó de él en los Oscars, pero habrá recibido el más preciado galardón en el Más allá por un trabajo bien hecho.  

(Publicado en www.cinemanet.info, 8-IV-2015)