Cuatro días
antes de su estreno comercial en diez salas de la Ciudad Condal, el arzobispado
de Barcelona presentó la primera película no documental que se ha realizado
sobre el Sumo Pontífice. Se trata de una coproducción hispano-argentina,
titulada Francisco. El padre Jorge
(2015), que ha sido recibida con cierta expectación y aceptación por parte de la crítica
Escrita y dirigida por el veterano cineasta gallego Beda Docampo (Vigo, 1948), ofrece una síntesis de la vida del actual Papa, desde su adolescencia hasta su elección el 13 de marzo de 2013. El film es una adaptación del libro Francisco, vida y revolución, de Elisabetta Piqué, la vaticanista argentina del diario La Nación, que conoció a Jorge Mario Bergoglio cuando fue nombrado arzobispo de Buenos Aires y durante el cónclave de 2005, cuando salió elegido Benedicto XVI.
El relato se centra casi por igual en el biopic del Papa Francisco como en la misma biografía de la
periodista; pues, al mismo tiempo que reconstruye la vida del padre Jorge desde
la adolescencia, con su llamada vocacional, el ingreso en el seminario, los
primeros años de sacerdocio, su gestión durante la dictadura militar y el
servicio como obispo, centrando su labor pastoral en la lucha contra la
pobreza, la prostitución, la explotación laboral, la droga y la corrupción, el
realizador narra también el itinerario existencial de la periodista -Ana en
la película, perfectamente interpretada por la actriz española Silvia Abascal-,
con sus dudas ante la maternidad y su relación de pareja -rompe con él para
tener su hija, que después bautizaría el padre Jorge pese a ser madre soltera-, y la amistad que ha mantenido con el nuevo Papa.
Esta doble biografía alaba la figura del Papa Francisco y nos permite
conocer los años anteriores a su pontificado, detalles de su personalidad,
austeridad y sentido del humor, así como su acción por los pobres y marginados
-las periferias, que llama él-, o la capacidad de resistencia ante la acción
poco ejemplar de los diversos gobiernos de su país. En este sentido, resulta muy
representativa la entrevista que sostuvo con uno de los dirigentes políticos de
la referida dictadura militar en favor de dos jesuitas secuestrados y la
presidenta de la República Argentina en torno a la corrupción reinante, aunque
no se mencionan los nombres.
Francisco. El Padre Jorge sigue
una tradición fílmico-televisiva de contar al público mundial la vida de los
grandes papas, si bien la mayoría de estas películas han sido rodadas para
televisión y han salido directamente al mercado del vídeo. Nos referimos a Juan XXIII, el papa de la paz (2002), de
Giorgio Capitani, o El Papa Juan Pablo II
(2005), de John Kent Harrison. Al parecer, asimismo hay otras producciones que
están a punto de entrenarse en la pantalla grande.
Pero si algo destaca especialmente
en este film de casi dos horas, rodado directamente para el cine, es la
excelente interpretación del argentino Darío Grandinetti, que encarna la figura
de nuestro protagonista con naturalidad y convicción. Y aunque este gran actor
se ha declarado ateo, ofrece un recital con su actuación. Dejemos que hable el
propio Grandinetti: “Hacer de Papa no es un papel más, y mucho menos
este, que a mí me gusta mucho. No por compatriota, por lo que está haciendo yo
lo encuentro como un líder político mundial y la dirección en la que va me
gusta: su mirada hacia las minorías, tratar de encontrar la paz en Medio
Oriente y juntar Estados Unidos y Cuba... Nos presentamos y alguien le dijo que yo era el
actor que iba a hacer de él en la película. Dijo que ya estaba al tanto de que
se estaba rodando (...) Los actores actores preguntamos cosas raras para la
actuación. A mí me habría gustado saber cuál fue el momento en el que deseó ser
Papa. Sé que en este último Cónclave no lo fue, pero estoy casi seguro de que
al menos debe haber fantaseado con ello. Pero, bueno, puse en funcionamiento la
imaginación, porque creo que Bergoglio es un animal político, un hombre con
convicciones políticas. O más bien ideológicas. Corrijo, porque en la Argentina
a veces se asustan un poco con esto”. (Bárbara Ayuso, “Darío Grandinetti: El Papa no es un papel más” (Entrevista), en ABC, 18 de septiembre de 2015, p. 66).
Del trabajo de
este actor -aunque no se parece demasiado al padre Jorge-, manifestó el mismo
periódico el crítico Antonio Weinrichter: “Al éxito de la empresa, del biopic digo, contribuye un excelente
Darío Grandinetti que se enfrenta al reto eludiendo toda untuosidad, con una
facilidad tan pasmosa como la que se
proyecta el auténtico padre Jorge. Sólo una reflexión: si el personaje es como
aquí nos lo presentan, se sentirá horririzado en su modestia de aparecer como
un santo” (Antonio Weinrichter, “Vida y milagros de un hombre bueno”, en ABC, 18 septiembre de 2015; reseña que califica la película con 3 estrellas.)
Rodada en escenarios naturales bonarenses y romanos, además de escenas
filmadas en el Vaticano -la Capilla Sixtina se reproduce en decorados
autorizados-, cuenta con una espléndida banda sonora de temas clásicos -Bach, Mozart,
Beethoven- y un popular tango de Carlos Gardel, El día que me quieras. El film incluye algunos documentales sobre
el auténtico Jorge Mario Bergoglio. Asimismo, la ambientación está muy cuidada,
con una brillante fotografía y un ritmo que arrastra en todo momento al
espectador sobre la vida sin milagros -muy franciscana- de un Pontífice que ha
manifestado le gustaría “ser recordado como un buen tipo, que hizo lo que
pudo”.
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