La
publicación de un gran libro sobre Charles Chaplin ha puesto de actualidad al
artista más representativo del Séptimo Arte
Aún recuerdo con emoción cuando el
día de Navidad de 1977 recibí una llamada del director del semanario Mundo -publicación de la que yo era entonces
el crítico cinematográfico-, diciendo que había muerto Charlot, y que tenía que
escribir un artículo sobre este gran cineasta para anunciarlo en portada, pues
paraban la edición de esa semana para incluirlo.
Francamente, el cómico
más importante de todos los tiempos, de quien el año pasado celebramos el 125
aniversario de su nacimiento (Londres, 1889), está nuevamente en las librerías de
todo el mundo gracias al libro coordinado por el historiador Paul Duncan, The Charlie Chaplin Archives, volumen que
contiene fotos fijas e imágenes de los rodajes -casi mil, muchas inéditas-, así
como entrevistas con Chaplin y sus más destacados colaboradores, junto a storyboards dibujados por el propio cineasta.
El acceso a los
archivos del gran artista ha permitido la reproducción de memorandos, diseños
de escenografías y otros documentos redactados o dibujados por Charles Chaplin.
El libro también incluye reproducciones de guiones que nunca llegaron a
realizarse, una historia oral compuesta por sus testimonios en cartas y
entrevistas, materiales de los 150 álbumes
de recortes de prensa que guardó Chaplin desde los orígenes; entre ellos,
podemos encontrar la portada de Time
(6 junio 1925), pues fue el primer actor del joven arte fílmico que ocupó la
cubierta de esta revista.
Acusado de comunista
durante la “caza de brujas” del MacCarthysmo, sus huellas fueron retiradas del
Paseo de la Fama de Hollywood. Chaplin tuvo que marcharse de Estados Unidos en
1953 y le fue retirado el pasaporte. Aun así, les “contestó” con una denuncia de
la sociedad capitalista USA en su último gran film, Un rey en Nueva York (1957). Tras despedirse como director con una
comedia un tanto pasada de moda, La
condesa de Hong Kong (1966), protagonizada por Marlon Brando y Sofía Loren,
Hollywood le pidió perdón en 1972, concediéndole el Oscar honorífico por su valiosísima
contribución al cine. Charles Chaplin no sólo fue -es- el Séptimo Arte por
excelencia, sino también un humanista del siglo XX.
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