sábado, diciembre 03, 2016

DOS PELÍCULAS POLÉMICAS: "LA REINA DE ESPAÑA" Y "1898. LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS"


Estos días se han estrenado diversos filmes españoles, con el propósito de entrar también a concurso en los Premios “Goya” de nuestra Academia de Cine, y han creado cierta polémica, sobre todo en las redes sociales. Me explicaré brevemente, haciendo una sucinta valoración crítica.

La nueva película de Fernando Trueba, La reina de España, se ha visto afectada por las declaraciones realizadas cuando hace un año recogió el Premio Nacional de Cinematografía y dijo que “no se sentía español”. Eso le ha creado un posible boicot al estreno de un film que ha costado once millones de euros -recibido subvenciones- y sólo obtuvo unos 400.000 en el primer fin de semana de estreno, con más de 300 copias en cartel. Trueba rectificó, diciendo que se refería al nacionalismo, pero no a la nacionalidad española. No obstante, hay que valorar la película por su calidad, no por lo que comentara el director, que asimismo es coproductor y guionista.

La reina de España resulta un homenaje crítico al mundo del cine español de posguerra, muy bien ambientado y espléndidamente interpretado por algunas de nuestras mejores estrellas. Y está perfectamente contextualizado en los años cincuenta, cuando España estaba en plena autarquía y salía del aislamiento internacional, con la llegada de los americanos a rodar en nuestro país -aunque, en realidad, el auge fue en los años sesenta con el “imperio Bronston”- y se construía el Valle de los Caídos con los “perdedores” de la Guerra Civil española.

Sin embargo, lo que le falla a la película -que no es la segunda parte de La niña de tus ojos (1998), ambientada en los rodajes de la Alemania nazi y con el mismo elenco de actores- es el tono. A veces parece una astracanada, otras un thriller político, o un melodrama nostálgico por un mundo que ya desapareció. Con algunas secuencias conseguidas y otras plenas de tópicos, con todo, posee un final antológico: la llegada de Franco (Carlos Areces) al plató y su entrevista con la primera actriz, Penélope Cruz -que casi una simbiosis de Sarita Montiel, Aurora Bautista e Imperio Argentina-, que está interpretando a Isabel la Católica, precisamente la superproducción que le quedó frustrada a Samuel Bronston.

Aunque su película haya “pinchado” de momento en la taquilla, se nota que Fernando Trueba es un cinéfilo, que ama a los cómicos y denuncia la dictadura franquista. Quizá aquí también esté alguna de las razones de la campaña que ha sufrido La reina de España. Ahora bien, sus colegas -él empezó como crítico de cine en El País- tampoco le han sido demasiado favorables.


 Más ambiciosa y menos importante es el remake del film de Antonio Román, Los últimos de Filipinas (1945), una cinta memorable del género histórico propagandístico de la España de Franco, evocando la gesta de la guarnición de Baler, en los estertores del imperio colonial español. La ópera prima de Salvador Calvo es una película bélica, que aprovecha los espléndidos escenarios naturales de Guinea Ecuatorial y Canarias para ofrecer un film-espectáculo un tanto desmitificador del patriotismo de aquel clásico del cine franquista. Como se sabe, a finales del siglo XIX, en la colonia española de Filipinas, un destacamento español fue sitiado en el pueblo de Baler, en la isla filipina de Luzón, por filipinos revolucionarios, durante 337 días. En diciembre de 1898, con la firma del Tratado de París entre España y Estados Unidos, se ponía fin formalmente a la guerra entre ambos países y España cedía la soberanía sobre Filipinas a Estados Unidos. Pero el jefe del destacamento de 57 soldados no se creyó al principio la versión de los periódicos y del enemigo.

1898. Los últimos de Filipinas toma como leitmotiv la entonces célebre canción “Yo te diré”, pero le da otro aire, incluso sensualmente provocador (concesiones que también incurre Trueba, pero cuidando la elipsis). Incluso ofrece un canto al individualismo, de acuerdo asimismo con los tiempos que corren, y de cierta crítica al nacionalismo español. Tampoco queda demasiado bien parado el clérigo protagonista (Karra Elejalde), destacando la interpretación de Luis Tosar como el teniente Martín Cerezo -después condecorado como el “héroe” de Baler-, de Javier Gutiérrez, Carlos Hipólito y el joven Álvaro Cervantes. Los figurantes cumplen su cometido, aunque se hace hincapié en la violencia extrema -pese al fondo antibélico que posee- y en algunas irreverencias. En cambio, no quedan mal parados los insurrectos filipinos, quienes rinden honores a los 33 soldados supervivientes.

Calificada como clásico, la nueva versión de Los últimos de Filipinas acaso no pasará a la historia del cine español, pero podrá recibir algunos “Goyas”, por efectos especiales, la banda sonora de Roque Baños, la fotografía de Álex Catalán  y algún intérprete. Aún es pronto para saber los resultados de la taquilla. Y la crítica le ha sido más favorable que a la película de Trueba.

4 comentarios:

academia Majadahonda dijo...

A simple vista parecen dos películas con muy buena temática y que de seguro que van a conseguir un buen éxito si logran despertar curiosidad a los amantes de la historia, enhorabuena por el blog

J. M. Caparrós Lera dijo...

Gracias, colega!

Anónimo dijo...

Vaya mierda de comentario a las películas. Por cierto, ¿que el valle de los caídos fue construido por los perdedores? Hay que ser canalla para decir eso.

J. M. Caparrós Lera dijo...

Estimado amigo anónimo:

Puedes no estar de acuerdo con mi reseña de ambas películas. Faltaría más!
Pero te recuerdo que el Valle de los Caídos fue construido por los "vencedores", con la colaboración de los presos republicanos, que "redimían" sus penas -me lo contó un familiar que estuvo allí condenado- con esos trabajos forzados.
Cordialmente

José María Caparrós