martes, octubre 20, 2009

"ÁGORA", EL NUEVO FILM 'HISTÓRICO' DE ALEJANDRO AMENÁBAR



Con una gran expectación y enorme publicidad –a su estreno asistiría casi en pleno el Gobierno socialista– se ha presentado la película más cara del cine español realizada hasta hoy (50 millones de euros). Meses antes se exhibió en el Festival de Cannes, fuera de concurso, y fue recibida con cierta frialdad y polémica en Francia, lo que obligó a su director a cambiar su montaje.


El madrileño Alejandro Amenábar (aunque nacido en Santiago de Chile en 1972) es su joven autor. Ganador del Oscar de Hollywood a la Mejor película de habla no inglesa por Mar adentro (2004) –un polémico alegato sobre la eutanasia– hoy es, junto a Pedro Almodóvar, uno de los cineastas españoles más famosos en el extranjero. Debutó en 1996, con la también galardonada Tesis, a la que siguieron Abre los ojos (1998) –que tuvo un remake en Estados Unidos– y Los Otros (2000), ya rodada en inglés, con Nicole Kidman como protagonista.

SINOPSIS ARGUMENTAL.- Alejandría, siglos IV-V d. C. Narra la tragedia de Hipatia, hija de Teón –el director de la célebre Biblioteca de esta ciudad–, una reconocida matemática y astrónoma, que dedicó su existencia a la Filosofía. Entregada por entero a la ciencia –había renunciado a casarse– vivió en una época convulsa, cuando el Imperio Romano anunciaba su estertor y la religión pagana daba signos de decadencia. El Cristianismo ya no sufría la persecución de antaño, pero en su pujanza se enfrentaba con la religión judía, con los paganos y las primeras herejías. En ese ambiente conflictivo, la escuela de Hipatia de Alejandría tenía estudiantes cristianos y no cristianos, que después formarían buena parte de la elite de esa esplendorosa ciudad del Antiguo Egipto. Pero en marzo del año 415, un grupo de fanáticos conocido como los parabolanos –que antes había destruido la Biblioteca de Alejandría y echado a los judíos de la ciudad, con la venia del Emperador romano– asesinó a la filósofa pagana.

VALORACIÓN CRÍTICA.- Pienso que el máximo error de Amenábar como realizador y coguionista es no haber ido a las fuentes originales, pese a los asesores históricos con que contó (entre ellos, Carlos García Gual, catedrático de Filología Griega de la Universidad Complutense de Madrid). La crítica ha afirmado que “el argumento está basado en uno de los peores materiales sobre Hipatia, el del divulgador de la ciencia Carl Sagan”. Además, la filósofa no murió a los 38 años –como aparece en el film–, sino a los 61, cuando en plena Cuaresma un grupo liderado por un tal Pedro saqueó su carruaje y la arrastró hasta el templo del Caesarium, donde mataron a Hipatia con fragmentos de cerámica y después quemaron sus restos en las afueras de la ciudad. En la película, es su antiguo esclavo, Davo –un personaje inventado, enamorado de ella–, quien la asfixia, para evitarle el sufrimiento, y la entrega desnuda al vulgo. Con todo –y eso no se cita en el relato–, los antiguos autores cristianos condenaron el asesinato de los parabolanos (Vid. Sócrates de Constantinopla, Historia eclesiástica, VII, 15).
Además, Carl Sagan presenta a Hipatia enfrentada al Cristianismo. En realidad, ella no era cristiana, pero como neoplatónica y pitagórica fue partidaria de la convivencia entre religiones y las culturas propias del mundo bizantino. Lo que se sabe de Hipatia –pues no se conserva su obra– es por los escritos de sus discípulos, sobre todo por el epistolario de Sinesio de Cirene, que fue obispo de Ptolemaida c. 409-410 y murió dos años antes que su maestra. Además, el prefecto de la ciudad, Orestes –quien también la había pretendido–, representante de la autoridad imperial y que le dio soporte, estaba enfrentado con el obispo de Alejandría, Cirilo (después santo y doctor de la Iglesia, como rezan los letreros finales del film, e impulsor del Concilio de Éfeso, en 431), en unos tiempos en que aún no había la separación entre Iglesia y Estado; y las relaciones entre Ciencia y Religión estaban no sólo en conflicto, sino llenas de prejuicios por ambos lados.
De ahí que se eche de menos una contextualización histórica más rigurosa, al tiempo que se evidencia la influencia del laicismo contemporáneo; ya que la película incurre en tópicos maniqueos –los paganos aparecen de blanco, iluminados; mientras los cristianos de negro, como energúmenos– y abunda en una lectura crítica demasiado actual: el mismo Amenábar declararía en la rueda de prensa en Cannes’09 que Ágora no es una película anticristiana, que su “condena es de todos los fundamentalismos”. Y ante la prensa especializada española, manifestó poco después: “Ningún católico de hoy debería sentirse ofendido; sólo deberían sentirse apelados los fundamentalistas que han estado poniendo bombas este verano (2009). Sirve para un terrorista islámico, para un terrorista de ETA, para cualquiera que lo practique. Ágora es, en muchos sentidos, una historia del pasado sobre lo que está pasando ahora, un espejo para que el público mire y observe desde la distancia del tiempo y del espacio, y descubra, sorprendentemente, que el mundo no ha cambiado tanto”. Y en una entrevista publicada en el diario Avui, se excusó también así: “No he hecho ningún alegato contra el cristianismo, sino contra el fundamentalismo Evidentemente no todos piensan como yo. El problema es que haya alguien que esté dispuesto a matar por sus ideas, eso es fundamentalismo, que es lo que denuncia la película. Pero no es anticristiana, muchos grupos religiosos diferentes han utilizado la violencia para imponer sus ideas.” (Cfr. Bernat Salvà, en Avui, 5-X-2009, p. 42; la traducción del catalán es mía).
Sin embargo, no todos han visto igual su voluntad de expresión. El crítico José María Aresté ofrece el siguiente juicio: “El director, dentro de su opción de cine comercial con contenido, sigue su línea de cuestionamiento del cristianismo, iniciado en Los Otros con suavidad, y continuada de modo más agresivo en Mar adentro. Aquí recupera las formas suaves, su forma de tratar la compleja situación del cristianismo del siglo IV en Alejandría podría describirse como “mano de hierro con guante de terciopelo”. De modo que alude a lo que puede resultar atractivo en la fe –Cristo y sus bienaventuranzas, la caridad con los necesitados, el perdón...–, pero poniendo el foco sobre todo en lo que puede generar fanatismo violento y lucha por el poder. En tal sentido queda especialmente mal parado el santo Cirilo de Alejandría. Pero también son cuestionables Orestes, con su cristianismo pragmático y cínico, y el obispo Sinesio, que invita a Hipatia a bautizarse porque ella ya en el fondo era cristiana, aunque no crea. Por contraste, la inmaculada ciencia parece la solución a todos los problemas, la única capaz de dar acceso a la verdad. En tal sentido, se obvian las manipulaciones que pueden hacerse en nombre de ella”. (Cfr. “Hipatia, atea y mártir”, en http://www.decine21.com/).
Además, la Biblioteca de Alejandría no fue demolida por los cristianos; antes sufrió un desastroso incendio y, en el siglo III, el emperador Diocleciano ordenó la destrucción de todos los libros relacionados con la alquimia. Sólo más tarde, en el año 391, Teófilo, entonces Patriarca de Alejandría, atacó lo que quedaba de la Biblioteca al frente de una muchedumbre de parabolanos. Pero tras la muerte de Hipatria, Teodosio les puso freno.
Por su parte, el teólogo Peio Sánchez iría incluso más lejos: “Ágora es una crítica directa al cristianismo pero en el fondo a toda experiencia religiosa. La tesis, a la que de forma didáctica sirve la película, es que la experiencia religiosa sea politeísta, judía o cristiana siempre desemboca en el derramamiento de sangre. Que la creencia en Dios o dioses termina aniquilando a los seres humanos que acaban matando en su nombre. Y así lo que podía, y debía en rigor histórico, haberse convertido en una crítica necesaria del fundamentalismo termina en un cuestionamiento último de lo religioso como dimensión del ser humano que se encuentra con Dios. Para el director a lo más nos queda un cielo estrellado al que miramos con perplejidad construyendo formas elípticas al viento. Lo que ya es algo, por lo menos Misterio (…) La imprescindible y urgente crítica del fanatismo, en este caso religioso, se inclina hacia una exaltación de lo laico que parte de un reduccionismo antropológico que cercena la dimensión espiritual del ser humano. El director ha querido presentarnos a esta nueva Antígona como heroína y modelo contemporáneo que encarna la búsqueda de la verdad, el sentido de la democracia pluralista, la integridad y la tolerancia hasta el perdón.” (“Ágora, ideología que denuncia el fanatismo para recaer en él”, en http://www.universitaties.net/).
Ahí está, pues, el verdadero meollo de la cinta: el viejo conflicto entre Fe y Razón, actualmente desmontado por los filósofos y teólogos más rigurosos, y que Amenábar parece invocar apelando a tópicos hoy superados, pero de fácil efecto en el gran público. En este sentido, observé cómo en la noche de estreno un sector de espectadores aplaudía al término de la proyección, acaso identificados con el laicismo explícito del director.
Lo que no se puede negar al film es su calidad formal: Alejandro Amenábar sabe hacer cine de veras. Rodada en la isla de Malta, su brillante diseño de producción, la dirección artística –apenas se notan los efectos digitales; parecen decorados reales–, las tomas cenitales, una conseguida dirección de la 2ª unidad a cargo del coguionista Mateo Gil, las perspectivas planetarias, la banda sonora, el vestuario, esas lecciones cosmológicas que avanzaron a Kepler, la espléndida interpretación de Rachel Weisz y el resto del reparto... Todo resulta excelente. Estamos ante un realizador que puede competir en los Oscar de Hollywood con este ambicioso y espectacular peplum en inglés.
No obstante, el relato resulta un tanto frío, los personajes son bastante planos –pues presentan una psicología no del todo bien desarrollada–, el metraje algo excesivo, se echa en falta más espectacularidad en las escenas…, así como unos edificios de arquitectura griega, cuando no eran ésos –como me comentaría José Remesal, catedrático de Mundo Antiguo y Arqueología de la Universidad de Barcelona– los que había en la Alejandría de aquella época. Además, derriba la estatua del dios griego Serapis -declarado patrón de Egipto y de la ciudad- como si fuera la de Saddam Hussein. Por último, Cirilo de Alejandría, Padre de la Iglesia, está retratado como un fanático y el impulsor del asesinato de Hipatia, cuando nunca se pudo establecer su complicidad, difundida un siglo después por Damascio –el último escolarca de la escuela de Atenas– y reproducida por Suidas.
Ahora bien, Amenábar está teniendo muchos problemas para distribuir su film en Estados Unidos, precisamente por el carácter anticristiano atribuido. Sólo Sony se ha planteado comprar la cinta para el mercado de habla inglesa. Así, el influyente semanario Variety escribió con motivo de su presentación en el Festival de Cannes (mayo de 2009): “Esta elaborada producción española en lengua inglesa es consistentemente espectacular y posee el suficiente conflicto y acción para hacerla remarcable, pero una cierta carencia de peso de estilo y de pulso emocional podría traerle problemas para su aceptación entre una audiencia masiva en Estados Unidos”.
Veremos si, finalmente, Ágora logra amortizar su coste, y cuál es la respuesta del público aquí y allende las fronteras, o la acogida de la Academia de la vieja Meca del Cine. Pero los premios “Goya” de la Academia Española los tiene asegurados.

(Publicado en http://www.temesdavui.org/, el 24-X-2009, y algo más breve, en http://www.culturahistorica.com/ , el 11-X-2009).


7 comentarios:

¡Averígüelo Vargas! dijo...

Querido colega y amigo:

Me parece un artículo estupendo tanto por su crítica cinematográfica como histórica.

Esta claro que Amenabar intenta -desde su subjetividad atea/agnóstica/crédula- buscar una respuesta que debido a la falsedad de la premisa no encuentra el fruto deseado.

La Historia y sus hechos no pueden ser manipulados ni reinterpretados por parámetros actuales. Esa búsqueda de la universalidad en hechos pasados se dá, pero no en este caso. Nunca hay que forzar los hechos para que encajen en nuestros juicios y -como es este caso- prejuicios. Así se deteriora la visión de la Historia.

Un saludo,

J. M. Caparrós Lera dijo...

Estimado Iñaki:

Gracias por este espléndido y aclaratorio comentario crítico.

¡Se nota que eres Doctor en Historia, colega!

Un abrazo de tu amigo de siempre

José María Caparrós

Anónimo dijo...

Ya había leído críticas de la película la cual no he visto. Me ha parecido detallado, documentado, ordenado, conjugando el lado histórico y cinematográfico. Un artículo lleno de una grandeza que no humilla a nadie.

Rafael Fernández

J. M. Caparrós Lera dijo...

Estimado Rafael:

Gracias por tu comentario.

Aprendí hace años que hay que critizar las ideas, pero respetar a la persona.

Un saludo muy cordial de

José María Caparrós

Anónimo dijo...

Tremendamente mala critica, exhibe una vez mas el fundamentalismo, Agora no es la mas grande pelicula jamas filmada, pero realmente es buena,tal vez la mejor realizada en este genero historico, y aunque le pese la mas documentada, si fueramos estrictos, no se sabe a que edad murio hipatia se dice que entre 45 y 65 , en esas epocas no existian registros tan minuciosos como ahora, incluso los hechos que sabemos podrian estar equivocados en fechas, si fueramos estrictos Amenabar tendria que haber filmado cuando cristianos la bajan a Hipatia del carro, la apedrean hasta matarla y lugo la descuartizan para aventarla al fuego, amenabar no fue ni siquiera tan lejos, incluso fue discreto y amable con ellos, no entiendo como dice que los personajes eran planos, en mi opinion estaban bien, ademas seguramente no conoce a muchos matematicos este critico, los matematicos y hombres de ciencia pueden ser muy ajenos a lo que pasa a su alrededor, ahora y antes, que pinto a los hombres en blanco y negro, pos todas las referencias pintan a los filosofos con togas blancas no las ponemos rojas o negras para satisfacer al critico
El filme no es un filme ateo, es un filme mas sobre la tolerancia, todas las religiones merecian respeto incluso la pagana, vale mas un dios con una canasta en la cabeza que un dios sanguinario

Anónimo dijo...

Este es el ejemplo clasico de una mala critica, que parece ser "erudita" pero que no es mas que de un viejo, es impresionante como tanto estudio y tanto curriculum de una persona puede ser tirado a la basura porque esta opinion es basicamente para impresionar, la de un seudo intelectual que gusta de peliculas aburridas que al final de cuentas no dicen nada , si una pelicula es entretenida para los demas, segun la postura de este seudocritico debe ser mala una porqueria palomitera,uno de sus argumentos es alegar que no obedece estrictamente a la historia, una verdad a medias , primero dice que hipatia se murio a los 61 años o algo asi, pero en la realidad eso no se sabe,se dice que murio entre los 40 y 60 años aprox. por lo que la actriz encaja estupendamente si fue a los 40 , en cuanto a la indumentaria, es totalmente veraz, la gente de dinero o prestigio vestia de blanco porque podian darse ese lujo, los esclavos se vestian con lo que podian

Tambien dice que los personajes son planos (y sin emociones al parecer) ¿pero que esperaba? ¿una mujer que llore? me recuerda cuando hillary clinton segun rumores se dice que tuvo que llorar, soltar algunas lagrimillas en tele para que dijeran que tiene sentimientos , muchos gringos la veian como fria y distante, muchos personajes historicos se dice que fueron asi y mas frecuentemente los relacionados con las ciencias matematicas

Muchos detalles de la pelicula aunque no son hechos estrictamente reales, si se basan en documentos antiguos , hay que recordar que en una pelicula como estas no se persigue tanto la realidad, para eso estan los documentales , se persigue la veracidad, que sea creible al espectador es ademas una interpretacion de la historia , una pelicula no es un noticiero que cuenta hechos es un trama que debe tener cohesion argumental una explicacion para el espectador

Si quiere uno saber de historia estan las enciclopedias que solo dicen fechas nuemeros y sucesos, como diccionarios de años , pero entender la historia debe ser el objetivo, peliculas como estas ayudan a entender la historia, no simplemente a grabar en la mente de uno fechas y nombres

Habria que admirar el trabajo que hizo amenabar ahora para llevar la historia a la nuevas generaciones, se intenta que no solo la memorizen que tambien la entiendan

Y Amenabar no solo logra trasmitir un pedazo de historia , tambien logra que el espectador se relacione con las matematicas, una rama del saber que para muchos es aburrida , ahora logra una dimension historia , una dimension hasta dolorosa

Amenabar solo faltaria que contara la historia de galileo o la del monje que fue roztisado por la inquisicion

Es indiscutible que la llegada del cristianismo supuso un crepusculo para la ciencia, de todo el mundo, icluyendo america cuya ciencia matematica fue destruida y vejada por los conquistadores españoles

La historia , la pelicula plantea un tema polemico, y de algun modo es mejor decir que es una porqueria, a decir que es una gran pelicula, porque desde cierto punto de vista es de las mejores que se han hecho de este periodo y aunque duela a este seudo-historiador una de las mas documentadas, de hecho la historia real de esa epoca es posiblemente mas lamentable de la que se cuenta en la pelicula, habria que agradecerle a amenabar no haber enlodado aun mas al cristianismo

Unknown dijo...

Contesto a “no se quién”, apodado Anónimo.
Que alguien se ampare en el anonimato para descalificar e insultar, con argumentos pueriles y reiterativos, me dice más de esa persona que su curriculum.
Si alguien que redacta como usted, Sr. Anónimo, desacredita algo… inmediatamente se convierte en un elogio de lo que combate.
Pero si además se le escapa, como inconscientemente, su párrafo final … ya sé que estoy ante un resentido compulsivo cargado de prejuicios, y lo único que se puede hacer, en estos casos, es recomendarle estudio, mucho estudio y aprender a ver cine. Posiblemente algunos títulos publicados por el doctor Caparrós como Guía del espectador de cine le ayudarían a ser un espectador con criterio y aprender a leer el lenguaje fílmico.
Créame, Amenábar, por poner sólo un ejemplo de la película, sabe lo que hace y el porqué lo hace cuando elige una toma cenital y a cámara rápida para filmar a los cristianos, vestidos de negro, y convertirlos así en asquerosas cucarachas. Quizá usted llegue a descubrirlo algún día, sobre todo si me hace caso y lee más y va más al cine y se acostumbra a hacerse preguntas. Haga un ejercicio, escriba tres folios a modo de crítica de la película, desde el punto de vista fílmico-histórico, filosófico y estético. Y, por favor, no caiga en el error de confundir una película histórica con una de ciencia ficción donde todo queda al antojo del imaginario del director. Amenábar, precisamente por haberse documentado, hace lo que hace conscientemente de que lo hace mal; acomoda la historia a sus intereses y manipula al espectador con unos juegos de cámara estéticamente bellos pero cargados de un torcido significado.
Ánimo, Anónimo, espero leerte pronto con tu nombre y poder seguir hablando de cine sin descalificar a nadie.
Antonio Castán