Mientras el nuevo Gobierno español ha aprobado la discutida Ley Sinde -con algunas modificaciones- propuesta por el anterior Gabinete, estos días pasados fue noticia en todo el mundo la operación del FBI en torno a la piratería de películas online. Los agentes norteamericanos han cerrado las webs Megaupload y Megavideo, al tiempo que detenido a sus máximos responsables, para quienes se pide una pena máxima de 50 años de cárcel.
En efecto, el grupo empresarial Megaupload, que funcionaba desde 2005 y nació en Hong Kong, es la web número 13 en el ranquin de las más visitadas del mundo, con unos beneficios declarados de 175 millones de dólares. De ahí que sus dirigentes vivieran a cuerpo de rey -se ha visto la impresionante finca del principal empresario- en nueve países. Asimismo, el FBI también ha decomisado un total de 50 millones de dólares en activos informáticos.
Pienso que es una buena noticia para la industria del cine; no tanto para aquellos internautas que se “bajaban” las películas gratis a su ordenador. En esta época de crisis, las pérdidas que han provocado los encausados -según la acusación del departamento de Justicia de Estados Unidos- es de 500 millones de dólares en concepto de derechos de autor.
Esperemos que esta limpieza en la Red -iniciada con el debatido proyecto de ley estadounidense Stop Online Piracy Act (SOPA)- sirva para concienciar a los ciudadanos de que bajarse películas “piratas” sin pago alguno es un delito por violación de la propiedad intelectual.
(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es/, 5-II-2012)
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