La 87 edición de los preciados Oscar de Hollywood ha tenido un carácter
bastante reivindicativo. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas
acaba de celebrar su gran fiesta anual en Los Ángeles, para premiar las mejores
producciones de 2014 y, al mismo tiempo, exhibirse las “estrellas”.
Birdman, del mexicano
Alejandro González Iñárritu, ha sido la principal vencedora, con cuatro
estatuillas doradas: Mejor película, Director, Guión original y Fotografía.
Pero ha empatado a Oscars con El gran hotel
Budapest, del también innovador West Anderson; aunque este film sólo se ha
llevado los premios técnicos. En sus palabras de agradecimiento, Iñárritu -ya
bien instalado en la Meca del Cine- reivindicó a los mejicanos, que sufren en
su país y también en los Estados Unidos. Se trata de una autocrítica del mundo
del espectáculo, realizada con originalidad, narrada a modo de un falso
plano-secuencia. Boyhood -la otra original
candidata, rodada durante doce años- fue la gran perdedora: sólo alcanzó el
Oscar a la Mejor actriz de reparto, para Patricia Arquette, que aprovechó su
discurso para pedir la igualdad laboral entre hombres y mujeres.
Los galardones a los Mejores actor y actriz fueron para Eddie Redmayne,
por su impresionante creación del físico Stephen Hawking, en La teoría del todo -ganando al también
sufrido protagonista de Birdman,
Michael Keaton-, y para Julianne Moore, por su emotiva interpretación de una
enferma de Alzheimer, en Siempre Alice.
En el capítulo de Mejor película extranjera -o de habla no inglesa,
mejor- ha ganado la polaca Ida, sobre
la odisea existencial de una novicia hebrea tras la II Guerra Mundial,
derrotando a la nominada cinta hispano-argentina Relatos salvajes. Y casi se fueron de vacío, Clint Eastwood, con su
discutido film asimismo reivindicativo, El
francotirador, y la magnífica Interestellar,
de Christopher Nolan. Sólo ganó cada uno un Oscar técnico.
La fiesta -que hizo un homenaje al género musical- transcurrió un tanto
pesada, pero tuvo su culmen con la actuación de Lady Gaga, que interpretó la
melodía de Sonrisas y lágrimas -e
hizo llorar a la que fuera su protagonista, Julie Andrews-, y con la canción
premiada de Selma. Ahora, los
codiciados Oscars aumentarán la taquilla de los filmes galardonados en todo el
mundo.
Publicado en "Opinión", http://www.diarioya.es, 24-II-2015