Versión musical de Las noches de Cabiria, de Fellini
Síntesis de la sesión que impartí en el curso de Els Juliols de la UB, Que arriben els Beatles! España 1965, en el Centre Cultural El Carme (Badalona), dirigido por Magí Crusells
El género
musical arranca prácticamente con el nacimiento del sonoro, con THE JAZZ SINGER
(Alan Crosland, 1927). El cine musical, no obstante, tuvo muchas variantes:
desde las revistas de la calle 42, filmadas por Lloyd Bacon, hasta las operetas
vienesas de Willi Forst, pasando por las películas dedicadas al lucimiento de
cantantes de todo el mundo. Fue el género-rey de la época dorada de Hollywood,
heredero del music-hall centroeuropeo
y de los espectáculos de Broadway, que gozaría del fervor del público
tradicional. Con todo, el género musical está injustamente infravalorado por
las nuevas generaciones, por los jóvenes espectadores.
Sin embargo, uno
de los grandes valores de los filmes musicales de los años treinta fue devolver al cine la movilidad de cámara que
había perdido por las exigencias del registro sonoro. La primeras películasde
este popular género se debieron a Rouben Mamoulian: APLAUSSE (1929) y LOVE ME
TONIGHT (1932), o al gran éxito de EL MAGO DE OZ (1939), de Victor Fleming, interpretada
por Judy Garland, que contiene el famoso tema musical Over de Rainbow y un tratamiento del color que han pasado a la
historia.
Asimismo, fueron
muy importantes las variaciones caleidoscópicas de las coreografías de Busby
Berkeley, que fueron un hito importante en el género durante los años 30 y 40 y
el lanzamiento de cantantes, como Bing Crosby y Frank Sinatra, y de parejas
bailarinas, como la mítica formada por Fred Astaire y Ginger Rogers, con
títulos tan famosos como SOMBRERO DE COPA (1935), de Mark Sandrick, que contó
con “números” musicales antológicos. Los temas son de Irving Berlin.
Otro logro popular
fue el film de Leo McCarey, LAS CAMPANAS DE SANTA MARÍA (1945), con el cantante
Bing Crosby, o las películas del innovador Vincente Minnelli, CITA EN SAN LUIS
(1944), con Judy Garland -producida por Arthur Freed- y EL PIRATA (1947), con
Gene Kelly, uno de los grandes del musical, que ya había protagonizado antes
con Sinatra LEVANDO ANCLAS (1945), de George Sidney. Este coreógrafo y bailarín
-Gene Kelly- desarrolló nuevos conceptos y renovó el género: fundir en un todo
acción, música y danza, que inició con UN DÍA EN NUEVA YORK (On the Town, 1949), codirigida por
Stanley Donen, que está considerado como el primer musical moderno. La
partitura es de Leonard Bernstein, que ganó el Oscar de Hollywood.
Con el nuevo Oscar
conseguido por UN AMERICANO EN PARÍS (1951), también dirigida por Vincente
Minnelli, el musical alcanzó un gran nivel artístico y la MGM se convirtió la
productora especializada en el género, con títulos tan prestigioso como
CANTANDO BAJO LA LLUVIA (1952), SIEMPRE HACE BUEN TIEMPO (1955), ambos
realizados por Gene Kelly y Stanley Donen, junto a los tres realizados por
Minnelli, MELODÍAS DE BROADWAY (1953), BRIGADOON (1954) y GIGI (1958), con
Leslie Caron y Maurice Chevalier, según la obra de Colette; o el codirigido por
Stanley Donen y Michael Kid, SIETE NOVIAS PARA SIETE HERMANOS (1954), además de
ELLOS Y ELLAS (1955), de Joseph L. Mankiewicz, con Marlon Brando, y ALTA SOCIEDAD
(1956), de Charles Welters, remake
musical de la comedia Historias de
Filadelfia.
En esta época de
oro del género también cabe destacar otros musicales no producidos por la
Metro, como LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS (1953), de Howard Hawks, NAVIDADES
BLANCAS (1954), de Michael Curtiz, MI HERMANA ELENA (1955), de Richard Quine, UNA
CARA CON ÁNGEL (1957), de Stanley Donen, y PORGY AND BESS (1959), de Otto
Preminger, basada
en la ópera homónima del compositor George Gershwin.
Aun así, a
finales de los cincuenta, a causa de los elevados costos de producción, el
género entró en un grave declive, limitándose a adaptar éxitos de los musicales
de Broadway, política que continúa en la actualidad.
Y así llegamos a
los años sesenta, década que nos ocupa en este curso dedicado a los Beatles. Es
una década convulsa, como comentó en la sesión inaugural el historiador Andreu Mayayo. Pero
en la cual se produce un renacimiento del cine musical, con películas tan
famosas como WEST SIDE STORY (1961), de Robert Wise y Jerome Robbins,UN BESO
PARA BIRDIE (1962), de George Sidney, MARY POPPINS (1964), de Robert Stevenson,
MY FAIR LADY (1964), de George Cukor, SONRISAS Y LÁGRIMAS (1965), de Robert
Wise, OLIVER (1968), de Carol Reed, EL VALLE DEL ARCO IRIS (1969), de Francis
Coppola, SWEET CHARITY (1968), de Bob Fosse, HELLO, DOLLY (1969), de Gene
Kelly, y un western musical LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE (1969), de
Joshua Logan, según la obra de Lerner & Loewe.
Estas películas
serían coetáneas de las que protagonizaron los Beatles: QUE NOCHE LA DE AQUEL
DÍA (1964) y HELP! (1965), ambas de Richard Lester, o el film de animación YELOW
SUBMARINE (1968), de George Dunning. Pero todo de todo ello hablará en la
siguiente sesión el especialista Alejandro Iranzo, coautor con de Magí Crusells del libro The Beatles. Una filmografía musical.
Aunque por sus
características, estilo y organización industrial, el musical no lograría
trasplantarse más allá del cine americano, el género ha tenido su influencia en
Francia, sobre todo en Jacques Demy, que lo abordó en LOS PARAGUAS DE CHERBURGO
(1964) y, con menos éxito, en LAS SEÑORITAS DE RECHEFORD (1966), donde junto a
Catherine Deneuve y su hermana Françoise Dorleac, incorporó al gran Gene Kelly
como coprotagonista. Y sobre el musical español se ocupará a continuación el
profesor Rafael de España.
Y así llegamos a
la década de los setenta, con otros títulos destacables, que ganaron los Oscar
de Hollywood, como EL VIOLINISTA EN EL TEJADO (1971), de Norman Jewison,
coreografiada por Jerome Robbins, CABARET (1972) y ALL THAT JAZZ (1979), de Bob
Fosse, precedida esta última del fenómeno Travolta, con FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE
(1977), de John Badham, a la que seguiría GREASE (1978), y HAIR (1979), de
Milos Forman, para entrar el declive del género con ANNIE (1982), de John
Huston. Mucho más adelante, en un
intento de resurrección del musical, Alan Parker dirige EVITA (1996), y ya en
este principio de siglo Baz Luhrmann realiza MOULIN ROUGE (2001) y Rob Marshall, CHICAGO (2002). Mientras que en el británico Tom Hooper triunfaría con su
versión de LOS MISERABLES (2012).
Finalmente, la
comedia musical clásica y, sobre todo, el difícil paso del cine mudo al sonoro,
sería evocada a modo de homenaje por Michel Hazanavicius en THE ARTIST (2011). Estamos,
por tanto, ante un género que nunca morirá para los buenos aficionados, y el
cual he intentado sintetizar en esta breve disertación.
Bibliografía
básica
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